Contra el mal olor de los pies, evite calzado sintético
Algunas enfermedades, ansiedad o estrés, son las causas que ocasionan exceso de sudoración en los pies.
Si cuanto te sacas los zapatos y de pronto viene un olor rancio, como a leche cortada, e insoportable, con el que ahuyentas a quienes están alrededor, tienes un problema de bromhidrosis que lo puedes solucionar con buenas prácticas de higiene y de ser necesario con diagnóstico médico para encontrar las causas y ponerle una solución.
Hay varias causas que pueden producir el exceso de sudoración: una enfermedad, estrés, ansiedad…, explica la enfermera podóloga Yolanda Ramírez y sugiere que se encuentre, conjuntamente con un profesional, las causas de la misma.
En el caso de los niños y adolescentes, esa sudoración es normal, pero a pesar de ello se recomienda una buena limpieza con agua y jabón y secar bien los pies, inclusive entre los dedos y las uñas para eliminar todo rasgo de humedad y usar lociones para reducir la sudoración y evitar el mal olor.
Influye el calzado
El sudor excesivo también es provocado por el uso de calzado muy cerrado o de material sintético, esto no permite una adecuada ventilación y ocasiona que la humedad quede encerrada y se concentre en los zapatos y pies.
Cuando ese sudor queda atrapado, las bacterias que se alimentan de él liberan el olor desagradable que puede permanecer aún cuando la persona se saque las medias y coloque el calzado en un lugar oscuro como el armario o un cajón, lugares perfectos para seguir desarrollándose.
Ramírez recomienda el uso de zapatos de cuero, porque es un material que permite una adecuada ventilación, lo que no sucede con los confeccionados con materia prima sintética que provocan un sobrecalentamiento del pie y la sudoración excesiva.
En cuanto a los zapatos de tela, comenta que producen una adecuada ventilación y por sí no producen mal olor, pero el problema en ellos es la plantilla de plástico que genera más calor y más sudoración.
Recomendaciones
Es importante saber que el zapato no debe ser usado a día seguido y tampoco guardarlo inmediatamente, aún húmedo, en un armario o cajón cerrado, porque la oscuridad es apropiada para que las bacterias se reproduzcan y sigan manteniendo el problema.
El calzado, recomienda Ramírez, debe colocarse en un lugar ventilado, preferiblemente donde reciba la luz del sol para que se seque bien y luego guardarlos. Pero en el caso de los estudiantes que usan los mismos zapatos a día seguido, sugiere el uso de lociones para desinfectarlos. Se le pone en la noche, se deja en un lugar abierto toda la noche y se vuelve a usar al día siguiente.