Escandalos de corrupción
Hace unos días escuché una entrevista que hizo un periodista colombiano a Rafael Correa. No habló con tranquilidad. Se exaltaba. Lidiaba con su prepotencia. Lo mismo sucedió en la Asamblea, los interpelantes le preguntaron por video conferencia. Si el asambleísta se identificaba con SUMA, CREO o Social Cristiano, Correa les clasificaba de mediocres y politiqueros.
A Rafael Correa le funciona su inteligencia destructiva. A los jueces corresponden responsabilizarle y castigarle por secuestro y escándalo de corrupción. Sobre todo, debe ser imputado por pisotear la práctica de la ética y crear un estilo de vida de corruptela.
Está derrotado no sólo Correa sino el desacierto del socialismo del siglo XXI. Durante los diez años que estuvo en el gobierno, se concentró en ejecutar políticas que destruyeron la democracia y la economía.
Caminemos por el escándalo. A pocos meses de iniciar su mandato, el gobierno se vio envuelto en el escándalo investigado por los medios de comunicación conocido como los “pativideos”.
El gobierno sufrió otro escándalo que involucraba a Ricardo Patiño, Canciller de la República, el caso de la “narcovalija”.
Los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita afirmaban en su libro “El Gran Hermano”, que el gobierno de Correa adjudicaba contratos millonarios a las empresas de su hermano, Fabricio Correa.
Los medios de comunicación que Pedro Delgado, ejercía sus cargos con un título falso de economista. Primo de Correa, presidente del Banco Central y del fideicomiso “No Más Impunidad”.
Causó revuelo la caída del primero de los |helicópteros Dhruv, el 27 de octubre del 2009. El 19 de junio de 2012, Julián Assange, fundador de WikiLeaks, ingresó con asilo político a la embajada ecuatoriana en Londres.