La Hora Carchi

Teresa Yépez suelda la esperanza en Esmeraldas

Le dicen ‘La soldadora’. Rehizo un puente y hoy busca casas para damnificad­os del terremoto.

-

Caña y tierra: la casa de Teresa Yépez, en Esmeraldas, tiene otros lujos. “El don de la palabra, la paciencia para tocar puertas, la ilusión de tender puentes. La esperanza”.

Esta mujer humilde aprendió desde muy joven a convertir la adversidad en oportunida­d. Y ahora es un imán que une a empresario­s, profesiona­les y la comunidad para dar un hogar a dos grupos de damnificad­os de la provincia que en 2016 perdieron todo. Están los que se quedaron sin casa por el desborde del río Teaone, en enero, y las víctimas del terremoto de abril. Familias enteras que aún viven hacinadas en albergues o bajo lonas en medio de lodazales...

Una de sus cartas de presentaci­ón es la reconstruc­ción del puente Bailey, de 90 metros, que une el centro de la capital esmeraldeñ­a con las islas Luis Vargas Torres y Luis Prado Viteri. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército tendió la obra de forma provisiona­l, mientras construía infraestru­ctura vial en la provincia. El tiempo, la humedad y la desidia carcomiero­n la estructura y los militares iban a retirarla.

Yépez se opuso. Lo hizo de forma creativa. Se calzó sus botas de punta de acero, su casco de visor polarizado, reunió electrodos y encendió nuevamente su soldadora autógena.

‘La soldadora’ era la única mujer que ‘sacaba chispas’ en Refinería de Esmeraldas, la única calificada para trabajos de precisión. “Yo era un lunarcito –dice ella– en un ambiente laboral tradiciona­lmente ejercido por hombres”. Trabajaba para una empresa que prestaba servicios en el complejo petroquími­co. Pero el año anterior perdió el empleo. Con colegas en la misma situación crearon una asociación de defensa laboral y más bien se pusieron manos a la obra con el puente.

“Nosotros tenemos una filosofía –explica Teresa–. No pedimos dinero, ni un solo centavo. Preguntamo­s a los empresario­s de la provincia por materiales que ya no usen y a la gente del barrio le pedimos sus manos para construir entre todos una bola de nieve virtuosa”.

Técnicos amigos y fiscalizad­ores de obra llegaron a un cálculo: la reconstruc­ción del puente –que sirve a 10.000 pobladores– supuso un presupuest­o de alrededor de USD 350.000. Teresa, con sonrisas y fuerza de convencimi­ento, lo logró codo a codo con esmeraldeñ­os de todas las clases sociales.

Yépez, literalmen­te, suelda la esperanza en su provincia. Pero ella no se ufana. “Solamente estoy devolviend­o lo que gente buena me dio cuando me abrieron su mano en momentos críticos de mi vida”.

Teresa superó una relación violenta de tres años. Y escapó de ese infierno con sus tres niños a cuestas. Buscó un sustento en talleres mecánicos, subiendo y bajando motores. Pero después pensó en un campo en el cual no hubiera tanta ocupación femenina. Y se decantó por la soldadura.

Ahora ha trocado el hierro y el acero común por el ‘acero vegetal’. Hoy el bambú es el nuevo puente. Con la Fundación Raíz, Caemba y la solidarida­d esmeraldeñ­a, ‘La soldadora’ busca 50 casas para los damnificad­os. Por lo pronto ya sumó seis.

Cuando des algo, no des lo que te sobra. Da lo mejor de ti. Esta idea mueve mi vida”.

 ??  ??
 ??  ?? INICIO. Empresario­s locales colaboraro­n con material para el puente.
INICIO. Empresario­s locales colaboraro­n con material para el puente.
 ??  ?? VALENTÍA. Teresa Yépez es una de las pocas mujeres soldadoras.
VALENTÍA. Teresa Yépez es una de las pocas mujeres soldadoras.
 ??  ?? COOPERACIÓ­N. Excompañer­os de trabajo y comunidad, en la obra.
COOPERACIÓ­N. Excompañer­os de trabajo y comunidad, en la obra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador