Este lugar es el rincón de la Patria que busca su desarrollo en base a la habilidad, ingenio y sabiduría de sus artesanos.
Es tierra conocida por ser cuna de artistas dedicados al tallado de madera y a la creación de monumentos en estructura. La parroquia de San Antonio se encuentra a 6 km de Ibarra. En la comunidad se pueden encontrar diversidad de almacenes, que se dedican a la comercialización de las artesanías, trabajadas con sus propias manos, en los cuales se puede observar gran cantidad de turistas tanto nacionales como extranjeros adquiriendo los trabajos manuales.
San Antonio de Ibarra, tierra fructífera del arte y las artesanías, es un lugar que se ha internacionalizado por la habilidad de sus habitantes para esculpir la madera, en su mayoría dedicadas a la creación de imágenes religiosas; actividad artesanal que, según cuenta la historia, comenzó en 1880 con la creación del Liceo Artístico, que impartía métodos de pintura, escultura, tallado y carpintería.
Hoy, San Antonio, gracias a los grandes maestros del arte, es cuna de escultores, talladores y pintores que a través de sus hijos continúan con la herencia de los magnos expertos; razón por la cual se convirtió en escuela de artes, en donde el comercio abre sus puertas a nuevas posibilidades, gracias al turismo que genera la creación de las artesanías.
Artesanías
En la actualidad y gracias a la instrucción del Colegio Daniel Reyes, la diversidad de esculturas es infinita. Al recorrer la Panamericana, quienes entran y salen de la ciudad, pueden observar estatuas, murales, esculturas clásicas, esculturales abstractas, mendigos, desnudos, bustos, rostros, jarrones, cofres, entre otros.
Materiales
La madera más utilizada por los artesanos, para la creación de sus obras, es el nogal por su durabilidad y facilidad para manipularla; pero también se trabaja en naranjillo, cedro y laurel. A este material, por ser de madera dura, antes de trabajarla se pone en reposo para depurarles y darles forma.
Elaboración
Antes del proceso de tallado, primero se trazan bocetos en papel de la obra a realizarse, luego se procede a calcar el dibujo sobre la madera y es ahí cuando inicia el proceso de tallado, que luego de obtener la figura deseada se procede al lijado, pulido y curado de la madera. Proceso que evita que la madera sea víctima de la polilla, y se finaliza con la lacada y pintada de la pieza artística. La duración de este proceso depende del tamaño de la obra.