El daño social está en las calles
El presidente Lenín Moreno pidió la renuncia a su gabinete. La administración del Estado está en problemas. Sin embargo, el cambio de ministros no soluciona las dificultades económicas, sociales y políticas. El mandatario sigue con los saldos del pensamiento populista desastroso.
Hace unos días el primer mandatario dijo que se trabaja con la mano derecha y se distribuye la riqueza con la izquierda. Incluso se identificó como socialista. Simplemente se trabaja con las dos manos y con inteligencia. No se puede distribuir, por el momento, la situación económica alcanza sólo para subsistir. ¿Por qué este miedo de cambiar de pensamiento y actitud? Si el mundo sabe que el socialismo fracasó hace décadas. ¿Para qué persistir en rumbos abismales?
El Gobierno sigue caminando en vaivenes. El daño social está en las calles. Así lo demuestra la marcha de los universitarios. Los transportistas anuncian paros en protesta de la ley de transporte público. Los prefectos reclaman que se paguen deudas desde el 2015. El eventual anuncio de la crisis de gabinete. El último escándalo publicado en estos días, la vicepresidenta enfrenta a Fiscalía y a la Asamblea por el cobro de “diezmos”.
La respuesta lo tiene el liberalismo sin fanatismos. Si se quiere mejorar la situación, es urgente insertar sistemas económico-políticos de grandes principios, como propiedad privada, mercado, iniciativa individual y gobierno limitado bajo la ley, en que descansa el modelo liberal. Construir el futuro sobre el sólido fundamento de la libertad.
Ningún sistema de organización social es perfecto. Pero el sistema liberal puede ser mejor que cualquier otro, por su eficiencia.