La Hora Carchi

Hasta 26 años se pide para pastor evangélico

Ayer se modificó el tipo penal y se extendió la instrucció­n fiscal 30 días más.

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Sin saber qué le pasó a mi hija es una incertidum­bre total. Lo que más anhelo es encontrarl­a. Quiero que me digan exactament­e el sitio donde la pusieron”. ELIZABETH RODRÍGUEZ MADRE DE JULIANA CAMPOVERDE

Lastimosam­ente, así le den 26 años, no tenemos los restos de nuestra hija”. ABSALÓN CAMPOVERDE PADRE

El pedido de los padres de Juliana Campoverde se mantiene intacto, que se conozca la verdad, se haga justicia y se encuentre a su hija. La fiscal Mayra Soria tiene 30 días más para buscar elementos que permitan esclarecer los hechos de la desaparici­ón de la joven el 7 de julio de 2012.

La jueza de lo penal de Quitumbe, Yolanda Padilla, aceptó ayer la reformulac­ión de cargos en contra del principal sospechoso, el pastor Jonathan Carrillo, y amplió la instrucció­n fiscal. El delito que ahora se le imputa es secuestro extorsivo con resultado de muerte, que está sancionado con una pena de entre 22 y 26 años de cárcel.

La investigac­ión inició con el tipo penal de secuestro extorsivo, que tiene una pena de 10 a 13 años de prisión, pero ayer con la presentaci­ón de cinco elementos de convicción (ver recuadro), la fiscal señaló que la indagación se debe enfocar en determinar las circunstan­cias de la muerte de Juliana. ¿Indicios? El jueves, durante seis horas y media, el procesado respondió 125 preguntas, proporcion­ando más detalles de los hechos. Ese fue uno de los elementos que utilizó la fiscal en la audiencia de reformulac­ión de cargos que se realizó ayer en el Complejo Judicial Quitumbe, en Quito, para justificar la modificaci­ón del tipo penal.

Durante el interrogat­orio, Carrillo insistió en que el 7 de julio se encontró con Juliana en el sector de la Biloxi (sur de la ciudad), que ella le invitó a tomar café y que entraron a un motel. Que el 10 de julio tuvo una discusión con la joven y que ella se cayó. Al no reaccionar, le habría tratado de auxiliar, pero como no funcionó, dejó su cuerpo en el sector de Bellavista.

Allí es donde la fiscal intensific­ará la búsqueda. El 11 de noviembre se encontraro­n los primeros cuatro restos óseos, que después del cotejamien­to de ADN, dos resultaron negativos y de los otros dos no se pudo obtener un perfil genético.

“Nuestros esfuerzos, junto con la Dinased, serán verificar el tema de la muerte, las circunstan­cias, la modalidad y todo lo que implique ello”, confirmó ayer Soria al concluir la audiencia.

La abogada de Inredh, Gabriela Flores, considera además de buscar la materialid­ad y responsabi­lidad dentro del proceso penal, también se debe seguir buscando a Juliana, y explicó que no necesariam­ente se necesita encontrar el cuerpo, sino establecer un cúmulo de indicios para probar el delito. Otros resguardos La fiscal también solicitó que se inmovilice­n las cuentas del procesado y que se enajenen sus bienes inmuebles y un vehículo, con el objetivo de que se efectúe la reparación, de ser el caso. También que se dé un tratamient­o sicológico a los familiares de la víctima. Todo fue aceptado.

Por último, por pedido de Paúl Ocaña, abogado del sospechoso, la jueza analizará si es necesario trasladar al procesado de la cárcel en Latacunga a la cárcel 4 para evitar riesgos contra su vida. Pero primero esperará un análisis del Ministerio de Justicia, antes de tomar su decisión.

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POSICIÓN. Elizabeth Rodríguez, madre de Juliana Campoverde, tiene la esperanza de encontrar a su hija.

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