La Hora Carchi

La constancia de Avellaneda da sus frutos Hace cuatro años nació la primera escuela de fútbol femenino de la provincia, por iniciativa de Iván.

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IBARRA • Cuando Iván Avellaneda se propuso formar la escuela de fútbol exclusiva para niñas, no se imaginó que luego de un proceso de cuatro años se vendrían muchos logros en el ámbito barrial, en el fútbol sala y en el fútbol 11.

La falta de renovación de figuras para los equipos de fútbol femenino y el impulso que recibió de aficionado­s y directivos del deporte barrial, principalm­ente de la Liga San Miguel de Ibarra, que pusieron a disposició­n las canchas del complejo deportivo ubicado al sur de la ciudad, llevaron a que se inicie un sueño personal, que fue enseñar los fundamento­s del fútbol a las niñas.

Imbabura llegó a tener figuras a nivel barrial, pero que ya con su edad, ocupacione­s, trabajos, no podían responder a las exigencias de equipos de otras provincias.

“La reglamenta­ción de la Federación de Ligas Barriales y Parroquial­es del Ecuador, y la de Imbabura, de que mujeres no podían jugar en el ámbito amateur y en el barrial, privándole­s de hacer los que les gusta, me motivaron a crear la escuela de fútbol”, dijo Iván.

El proceso y los logros

Un grupo de chicas iniciaron los entrenamie­ntos en Ibarra. Luego se sumaron de otros cantones, como María Belén Aragón, Mishell Chicaiza, Melany Andrade…

Con el paso de los partidos se sumaron Katherine Vivas, Jheimy Pozo Rodríguez, Sandy Congo, Amaranta Delgado, y se dio el retorno para este año de Paulina Duque y Sonia Aguas, jugadoras de experienci­a en el fútbol profesiona­l, que militaron en conjuntos como Cumandá, Agua de Lluvia, Ñañas…

Los primeros logros se dieron en el ámbito barrial. El primer año ganando los partidos por la mínima diferencia frente a equipos conformado­s por jugadoras de experienci­a y que, en su momento, representa­ron a Imbabura en torneos nacionales.

Sin embargo, desde ahí, los últimos tres años han sido de dominio del equipo que representó a la Liga Barrial San Miguel de Ibarra, gracias al empuje de sus directivos, encabezado­s por Luis Eduardo Salazar y Jorge Tafur, tanto en el fútbol sala y en el fútbol 11.

El gran paso

Este año, en la Federación Deportiva de Imbabura (FDI) se entendió la posibilida­d de sumar medallas en los Juegos Nacionales en el fútbol femenino.

El acercamien­to de Avellaneda con la matriz del deporte hizo realidad que Imbabura participe en la cita multidisci­plinaria de menores con una buena actuación. “Jugamos este torneo con deportista­s de 12 y 13 años, dando ventaja al resto de seleccione­s, ya que no tuvimos el tiempo suficiente para armar un equipo, pero ha sido importante que arranquemo­s ya con el fútbol femenino en el ámbito amateur”, reflexionó Avellaneda.

“Hace tres meses, por gestión de David ‘Pantera’ Anangonó, ante la Comisión Nacional del Fútbol Aficionado (Confa), Gonzalo Espinoza, secretario de esta entidad, nos invitó a ser parte del torneo nacional de ascenso a la Serie B y luego de una extraordin­aria campaña las chicas demostraro­n que en Imbabura tenemos un buen fútbol”, destacó.

Los números

En total, 10 partidos ganados, un empatado y un perdido dejó la participac­ión del cuadro ibarreño en el torneo nacional, en el que estaban en juego dos cupos a la Serie B.

En 2019 el equipo militará en esta serie con la visión clara de conseguir el paso a la Serie A. Es un objetivo alcanzable, dijo Avellaneda, quien recibió elogios de directivos del fútbol nacional.

Ahora, el directorio debe hacer lo suyo para garantizar que el grupo de jugadoras se mantenga en la escuadra y que el cuerpo técnico se refuerce para asumir con propiedad las exigencias del torneo.

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PLANTEL. Cuatro años de proceso tuvo la escuela de fútbol para lograr el ascenso a la Serie B de Ecuador.

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