Navidad y Año Nuevo son fechas muy ruidosas. Esto estresa a los animales.
Los fuegos pirotécnicos, frecuentes en estas fechas, provocan daños y sufrimiento en los animales domésticos y silvestres. Las mascotas, sobre todo perros, se ponen nerviosas, alteran su comportamiento, buscan donde esconderse y tienen reacciones negativas que hasta pueden comprometer sus vidas. Estos ruidos también afecta a los felinos, pero estos suelen esconderse y quedarse quietos, mientras que en las aves puede provocarles incluso infartos.
Los canes tienen la audición muy sensible, escuchan sonidos leves que se registran a una distancia cuatro o cinco veces mayor de la que pueda detectar una persona; y esta sensibilidad les perjudica en estas fechas en que la bulla y la algarabía se apropia de las calles.
Como antecedente, en Galápagos se suspendió, desde 2017, el uso de pirotecnia para no afectar la población de lobos marinos que se encuentran en la zona urbana.