Crece violencia contra periodistas El odio proferido por los líderes políticos, religiosos o empresarios tiene casi siempre consecuencias dramáticas.
Ochenta periodistas fueron asesinados en 2018, afirma el aterrador registro de la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF). Son 15 más que en 2017. Más de la mitad murieron en los mismos cinco países: Afganistán, Siria, México, Yemen e India.
“Las cifras del balance anual de RSF muestran que los conflictos armados siguen siendo el mayor peligro para los periodistas de todo el mundo, pero el hecho de que tantos periodistas sean asesinados fuera de las regiones de guerra es una señal aterradora”, dijo el director de la organización, Michael Rediske.
El panorama que muestra es oscuro: “Con demasiada frecuencia, los autores y los instigadores pueden contar con que los asesinatos no les traerán consecuencias”.
Afganistán,el más peligroso
Los países con más periodistas, periodistas ciudadanos y trabajadores de los medios de comunicación asesinados en 2018 fueron Afganistán (15), Siria (11), México (9), Yemen (8) y la India (6). También en los Estados Unidos, seis periodistas fueron asesinados este año, cuatro de ellos en el ataque al periódico local ‘Capital Gazette’ del 28 de junio.
En 49 casos, fueron asesinados debido a su labor periodística. Los 31 restantes fueron asesinados mientras realizaban su trabajo. Entre los muertos había 63 periodistas profesionales, 13 periodistas ciudadanos y cuatro ingenieros de sonido y conductores. Tres de los muertos eran mujeres. En la última década, 702 periodistas profesionales han sido asesinados en todo el mundo.
México: corrupción y drogas
La mayoría murió en zonas de conflicto armado: 44 frente a 36 fuera de estas áreas. Como en el año anterior, México fue el país sin conflicto armado con un mayor número de periodistas asesinados.
La corrupción y los delitos relacionados con las drogas son temas particularmente delicados, y ponen a los periodistas en riesgo, muchas veces mortal. Según Reporteros sin Fronteras, la protección que se brinda a los periodistas amenazados es a menudo inadecuada e ineficaz.
El número de periodistas ciudadanos muertos casi se ha duplicado respecto al año anterior: de siete a 13. En países con regímenes autoritarios y en zonas de guerra, estos desempeñan un papel cada vez más importante para informar, ya que muchas áreas se tornan inaccesibles para los periodistas profesionales. Estas regiones son, al mismo tiempo, aquellas en las que los independientes están especialmente en serio riesgo.