El cambio
¿El cambio?, ¿a qué?. Ante el concepto de la democracia, se encuentra dos teorías normativas y dos enfoques distintos que atienden a la relación de la participación ciudadana; por una parte, encontraríamos una que afirma que a mayor participación, habría mayor democracia y otra que afirma todo lo contrario; hablo de lo que la historia cuenta, que surgió a mediados del siglo XX, las elites democráticas tendrían una mayor autonomía y libertad con poca participación política.
Por otra parte apareció la Escuela de la Democracia Participativa, siguiendo la idea de Rousseau, bien esto para definir conceptos y aprovechando esta época electoral tratamos de hacer una reflexión personal que muchas veces no encaja, algo para tener en cuenta es el comportamiento de algunos personajes o candidatos, que a puerta de entrar a una campaña electoral, muchos de ellos hasta olvidan saludar, y en la actitud de un ciudadano es básico, pero en la de un candidato, que nos representará, es fundamental, y algunos ya creen haber sido elegidos, sin poseer sencillez y humildad.
El haber alentado tanto a la población en el Ecuador, y el no tener regulado los requisitos para acceder a esta justa participación, da como resultado los 223 grupos políticos que van a competir en los próximos comicios de este marzo 2019, donde no se ha medido el perfil profesional, el trabajo social, la formación política para acceder a una dignidad, cuando no se ha cumplido lo elemental tener saneado sus emociones más personales y se aprecia actitudes en donde sin ningún criterio tan solo con el afán de ganar y no de servir, muchos de estos candidatos dejan ver sus verdaderas posiciones.
El reto, es el verdadero cambio, tanto para candidatos como para la ciudadanía, para conseguir un ganar y ganar, en donde comencemos a reconstruir la política que debe estar bien representada. Por tanto, “el político, es aquel que resuelve los conflictos mediante el manejo de voluntades para lograr o alcanzar un bien común”.