La violencia se rompe desde la niñez
Expertos analizan el sistema educativo y los retos que quedan pendientes para la formación libre de violencia.
Falta de espacios donde los estudiantes estén seguros y profesores que no conocen o no quieren hablar de ciertos temas, son dos de los problemas que han identificado los expertos en el sistema educativo ecuatoriano.
Educación preventiva y especialmente educación sexual para hacer frente a la problemática de las agresiones contra la mujer es lo que se ha pedido desde los colectivos feministas.
Según Ana Cristina Vera, de Surkuna, la mayor cantidad de casos ocurren en los hogares, escuelas, iglesias y otros.
Falta de espacios donde los estudiantes estén seguros y profesores que no conocen o no quieren hablar de ciertos temas, son dos de los problemas que han identificado los expertos en el sistema educativo ecuatoriano.
Desde su experiencia, el secretario de Inclusión de Quito, César Mantilla, asegura que la falla está en que los temas aún se tratan desde la ideología y no desde los Derechos Humanos. “Se educa desde una excepción”, dice cuando se refiere a que muchas de las capacitaciones que se imparten hacen ver al otro como distinto en lugar de incluirlo.
Para él, a pesar de que se han hecho intentos para fomentar una cultura de paz y no discriminación, estas dependen de la voluntad de los rectores, profesores y autoridades de forma aislada, pero no hay una normativa que genere una política pública en contra del racismo, la discriminación, la homofobia, la xenofobia u otros tipos de violencia.
Educación preventiva y especialmente educación sexual para hacer frente a la problemática de las agresiones contra la mujer es lo que se ha pedido desde los colectivos feministas. Según Ana Cristina Vera, de Surkuna, la mayor cantidad de casos ocurren en hogares, escuelas, iglesias y otros, por lo que es necesario que las mujeres se junten, se acompañen y rompan el círculo de abuso a través del conocimiento
.
Panorama educativo
“La escuela no es la única que educa, es la sociedad en su conjunto”, dice Boris Cornejo, presidente de la fundación Esquel, que forma parte de la mesa de diálogo para construir el Acuerdo Nacional por la Educación. Desde su experiencia, ha podido notar que acciones como talleres de temas específicos enfocados en la cultura de paz pueden dar buenos resultados.
Destaca la creación de los consejos estudiantiles por la no violencia y acuerdos de convivencia han ayudado a que jóvenes distingan actos violentos y no los repitan; sin embargo, reconoce que todavía hay retos qué cumplir, por ejemplo, que se involucre más a los profesores y a las familias en el proceso educativo.
Con respecto a los espacios para estudiantes dentro de instituciones, Mantilla recalca que los Departamentos de Conseje- ría Estudiantil no son lugares en los que se sientan seguros, pues los ven más como castigo.
Por eso, recomienda que los docentes estén capacitados, tengan las palabras correctas y los conceptos claros para que niños y adolescentes recurran a ellos y sean de ayuda. Destaca que es importante la formación de la autoestima de los niños desde pequeños y eso se logra con imágenes con las que se puede identificar y que rompan los estereotipos sociales de belleza.
Replantear los roles
Las experiencias de un hombre quizá no caben en un vaso de agua, pero para este ejercicio, Pablo Ortiz, del taller de Nuevas Masculinidades, recomienda que se imaginen que están ahí. “Retiramos todo y nos quedamos con lo bueno de nuestros abuelos, padres, hermanos y otros hombres cercanos”, dice y explica que el objetivo es preguntarse: ¿Qué es ser hombre? Y desde ahí reflexionar temas como la violencia, las relaciones afectivas y los roles de género.
Ortiz ha podido determinar dos razones que motivan a los hombres a unirse. El primero es porque han llegado a entender que hay una responsabilidad compartida con sus parejas y ellas les han recomendado que se reconstruyan. El segundo, tiene que ver con las dudas que se presentan cuando son padres y se cuestionan cómo criar a sus hijos.
“Los hombres no hablan, no hay un espacio de contención como el que suelen tener las mujeres”, manifiesta el gestor cultural. Por eso, la idea ha sido crear un lugar distinto a bares o canchas de fútbol en el que ellos puedan conversar de sus experiencias y recibir consejos, incluso, para no explotar y actuar de forma violenta.
En 2017, la corresponsal de The New York Times, Claire Cain Miller, consultó a neurocientíficos, economistas, psicólogos y otros especialistas sobre los roles impuestos a los niños históricamente. Ellos respondieron algunas claves para criar niños feministas: entre ellas, proporcionarles modelos a seguir, enseñarles a hacerse cargo de sí mismos y a que entiendan que no, es no.