Una revolución pendiente
En este siglo las mujeres esperan que los hombres se conrolen. En una sociedad civiizada y con leyes tienen que evitar ser agresivos. “Ustedes os hombres deben controlar sus manos, no es tan difícil”, concluyó la última sesión del XV Foro de Comunicación Euroasiático celebrado en Asaná, Kazajistán. Que el acoso es algo criminal y hay un derecho penal no suficiente para los hombres de América Latina. Si no se involucra rápidamente a las mujeres en la toma de decisiones, el desequilibrio será el causane de conflictos mayores. Si el género femenino se mantiene sin involucrarse, no avanzaremos como especie. En ese encuentro euroasiático de 2017 se indicó como enfermedad de la mente que los hombres atenten contra las mujeres. Se alertó que la sociedad necesita pasar por un proceso de impieza con una nueva generación educada y productiva en la que las mujeres tengan os mismos derechos que los hombres. Ningún país puede asegurar que en su cultura as mujeres están plenamente ntegradas. Por estas razones, es plausible la creación de un comité de mujeres impulsada por el Comité Olímpico Inernacional. Es sumamente mportante la integración de a mujer y su visión en el ámbito político, pese a su incorporación a la actividad física, as actividades vinculadas al deporte, en directivas o en el periodismo. A través de las redes sociales se mueve mucha información, pero a nivel nstitucional se habría podido hacer más. Hay paradigmas por romper de manera adecuada y las edades tempranas son el momento de guiar deportivamente a las niñas. El conocimiento es la forma de enfrentar los conflictos que, pese a que no lo parezcan, son patrocinadores de la violencia de género. ¿Por qué invertir en la violencia de género y no nvertir en las mujeres?