El ‘Impuesto Verde’ no mejoró los combustibles
843 millones por este tributo no sirvieron para mejorar la calidad de los combustibles.
QUITO • Petroecuador implementó el Plan de Mejoramiento de la Calidad de los Combustibles, en 2011, con el fin de incrementar el octanaje en las gasolinas y reducir su contenido de azufre. Este plan ha estado financiado por el llamado impuesto verde.
Desde 2012 a 2018, por este tributo ambiental, pagado por los propietarios de vehículos, el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha recaudado 843,3 millones de dólares. Sin embargo, la calidad de los combustibles ha tenido, en el mejor de los casos, una mejora mínima, o nula.
Informes externos, contratados por Petroecuador, con varias instituciones como la Universidad de Huelva, en España, determinaron que a pesar de los recursos recibidos por el impuesto verde, los combustibles comercializados en el país tienen un alto contenido de productos aromáticos.
En 2011, Petroecuador implementó el Plan de Mejoramiento de la Calidad de los Combustibles, con el fin de incrementar el octanaje en las gasolinas y reducir su contenido de azufre. Este plan ha estado financiado por el llamado impuesto verde.
Desde 2012 a 2018, por este tributo ambiental, pagado por los propietarios de vehículos, el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha recaudado 843,3 millones de dólares. Sin embargo, la calidad de los combustibles ha tenido, en el mejor de los casos, una mejora mínima o nula.
Según los planes establecidos desde el anterior gobierno, que además estaban atados a los dos proyectos fallidos de la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas y la construcción de la Refinería del Pacífico, el objetivo era producir combustibles bajo norma Euro 5, y con un nivel máximo de 10 partes por millón de azufre.
Y los resultados son…
Sin embargo, según los reportes de calidad de los combustibles generados por Petroecuador, la Refinería de Esmeraldas sigue produciendo un 40% de residuo y gasolinas con un promedio de 1.400 partes por millón de azufre y altos contenidos de benceno.
Por eso, antes de la comercialización en el mercado interno se deben importar grandes cantidades de naftas de alto octanaje y bajo nivel de azufre y aromáticos, las cuales son mezcladas con los derivados generados en Esmeraldas, con lo que se obtiene un producto de 650 parte por millón de azufre. Estos niveles siguen estando muy lejos de los estándares adecuados, pero su venta fue autorizada mediante una normativa emitida por el Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN).
Informes externos, contratados por Petroecuador, con varias instituciones como la Universidad de Huelva, en España, determinaron que a pesar de los recursos recibidos por el impuesto verde, en los últimos años, los combustibles comercializados en el país tienen un alto contenido de productos aromáticos como benceno, tolueno y xileno, por lo que las gasolinas, diésel y otros derivados estaban fuera de especificación.
Además, los reportes de calidad de los derivados que se almacenan en el terminal de Pascuales, en Guayaquil, también hablan de niveles de calidad muy por debajo de lo permitido, con un promedio del 42% de aromáticos.
Perjudicial
El estudio de la Universidad de Huelva, además, estableció que la mala calidad de los combustibles tiene implicaciones directas en la salud de los trabajadores de la Refinería de Esmeraldas y toda la ciudadanía, la contaminación ambiental y la vida útil de los vehículos.
Todas estas irregularidades fueron denunciadas ante las autoridades nacionales del anterior gobierno por extrabajadores del sector, como Luis Calero y Francisco Flores. Pero del expresidente Rafael Correa no recibieron respuestas y de Petroecuador obtuvieron, según ellos, solo “hostigamiento laboral”.
Calero señaló que la exposición permanente a los contaminantes químicos afectó su salud y la de varios compañeros. Así también afirmó que estaba sano antes de entrar a Petroecuador como técnico líder de GLP. Por su parte, Flores aseveró que ha solicitado, en dos ocasiones, los resultados de sus exámenes a Petroecuador.
En el actual gobierno de Lenín Moreno, las autoridades, luego de la subida del precio de la gasolina súper, ofrecieron mejorar la calidad de 90 a 92 octanos. En el caso de la extra y ecopaís, el aumento del octanaje todavía demorará un año más.
La Refinería de Esmeraldas sigue produciendo un 40% de residuo y gasolinas con un promedio de 1.400 partes por millón de azufre y altos contenidos de benceno.