Las molestas y antiestéticas várices tienen origen genético
Los traumas, los embarazos, el sobrepeso y la obesidad también inciden en su aparición.
El daño de las válvulas y de las paredes venosas constituyen una de las causas principales para la aparición de las várices, sobre todo en las extremidades inferiores. Pesa la influencia genética y hereditaria, pero también el estar mucho tiempo parado o sentado, porque la inactividad impide el bombeo adecuado de la sangre.
Víctor Hugo Jaramillo, cirujano vascular del Hospital Carlos Andrade Marín, explica que el corazón bombea la sangre hacia todo el cuerpo, la misma que debe regresar a este órgano para ser oxigenada. A las extremidades inferiores llega con facilidad, porque va de bajada, pero el retorno se hace difícil, por lo que el cuerpo se vale de mecanismos fisiológicos que le permiten vencer la fuerza de gravedad y conseguir ese cometido.
Estos mecanismos comienzan en el pie, que juega un papel fundamental en el retorno de la sangre, porque con cada paso activa mecanismos de bombeo. Es por eso que hay que caminar y hacerlo bien para incentivar a la plantilla de Lejars, que está en la base del pie; a los gemelos y los talones a trabajar de tal manera que impulsen la sangre hacia arriba y cuando llega a los músculos de la pantorrilla, estos se comprimen, hacen de bomba y empuja la sangre hacia arriba.
El daño
Pero para que todo esté en perfecto equilibrio, es necesario un sistema valvular sano. El experto menciona que todas las venas de las piernas hasta la ingle tienen válvulas que en cada impulso se abren para que la sangre suba y se cierran para que no regrese.
Pero cuando existe un daño de los tejidos de las válvulas, no logran impulsar la sangre hacia arriba, por lo tanto se queda acumulada en las venas, ocasiona la dilatación de sus paredes, presiona a las válvulas inferiores y se generan mayores daños. Esto en cuanto a las venas superficiales.
Mientras que en los músculos están las venas profundas, que no se las ve, y que son delicadas, pero que igual cumplen la función de devolver la sangre hacia arriba con ayuda de los músculos, cuando estos se comprimen. Si esta función no se cumple por algún daño, la sangre no sube, sino que sale hacia la superficie y comienza a dilatar las venas superficiales y aparecen las varices.
Las varices también pueden aparecer durante un embarazo, porque aumenta la presión del abdomen y la sangre va hacia abajo, pero en el mayor de los casos se supera cuando termina el mismo.
La obesidad y el sobrepeso son otra causa. Una trombosis, asimismo, impide la circulación de la sangre. Tener actividades que impliquen estar todo el día de pie o sentado, sin movimiento alguno, provoca que el sistema valvular no funcione y la sangre siga dilatando las venas hasta hacerlas varicosas.