Deuda pública creció 7 veces en 9 años
Un recién nacido en 2010 asumía una deuda de 538,81 dólares; en 2019 es de 3.582.
Cuando la ‘Megan’ nació, aquel tumultuoso 30 de septiembre de 2010, en medio de los intentos del gobierno de Rafael Correa de disfrazar una revuelta policial como la refundación de la democracia ecuatoriana, la porción de deuda pública que recibió como regalo de recibimiento fue de 538,81 dólares. En los albores de la muy publicitada ‘revolución ciudadana’, antes de poder abrir bien los ojos y entender el manicomio al que había llegado, la ‘Megan’ ya cargaba una deuda de 1,47 dólares diarios.
Ahora, con un poco más de 9 años, tal vez con uno o ambos padres en la desocupación o la precariedad, la todavía niña ‘Megan’, sin entender de déficit fiscal, bonos, gasto público o necesidades de financiamiento, debe cargar con una porción de deuda pública que se multiplicó por siete hasta llegar a los 3.582 dólares.
Antes, por cada día, estaba endeudada con menos de 2 dólares, pero casi en un parpadeo, sin terminar ni siquiera la escuela, desde 2019 lleva en su mochila el peso de casi 10 dólares de los créditos que los políticos de turno han ido acumulando irresponsablemente para salir del paso.
Los números
El total de la deuda pública en 2010 era de alrededor de 8.620 millones de dólares, pero nueve años después, con una bonanza petrolera en medio, donde el precio del crudo superó los 100 dólares por barril, el endeudamiento de Ecuador se disparó hasta los 60.906 millones de dólares.
Esta cifra incluye la última emisión de bonos soberanos por 1.000 millones, realizada por el Gobierno el lunes pasado, que aumentan en 107,5 millones el pago que anualmente se debe hacer por intereses y amortizaciones.
Según información del Observatorio de la Política Fiscal, en 2019 se tendrán que desembolsar 7.400 millones por intereses y amortizaciones de la deuda pública interna y externa. Esto significa que el dinero destinado a este propósito creció 12 veces desde los 613 millones de dólares pagados en 2010.
José Hidalgo Pallares, director general de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), explicó que para este año el solo pago de intereses será superior a los gastos en bienes y servicios de la administración pública y casi tres veces los 1.240 millones asignados para el pago al IESS por el 40% de las pensiones.
Y lo que es más regresivo en términos sociales, el servicio de la deuda será el doble de lo presupuestado para educación pública y casi tres veces más que lo que se gastará en salud.
Y el dinero se va en…
“El país tendrá que utilizar el 30% de los ingresos tributarios para servir la amortización e intereses de la deuda, así como el 35% de las exportaciones no petroleras. Mientras, solo los tenedores de los Bonos Soberanos recibirán en 2019, 1.400 millones de dólares por intereses, y, en total, hasta 2028 celebrarán haber cobrado por tal concepto alrededor de 11.000 millones de dólares”, precisó Pallares.
El panorama se completa si se analiza que en estos nueve años el país no ha mejorado su mercado laboral (con más del 60% de informalidad), ni su matriz productiva y los avances en los sectores sociales se demuestran marginales e insostenibles a largo plazo. En otras palabras, la gran deuda adquirida no sirvió para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos.