SE ANHELA UN CAMBIO
Antes que la Asamblea Nacional posicionara a la nueva Corte Constitucional, el riguroso proceso de selección de sus miembros y la hoja de vida de cada uno han hecho renacer la esperanza en amplios sectores de la opinión pública, de que esta nueva página de la historia de nuestro constitucionalismo sea cualitativamente diferente a las anteriores. Es un anhelo, pero también una necesidad.
Estuvimos cinco meses sin Corte y se añadieron a las causas represadas en los cajones de sus antiguos miembros, más de dos mil y pico de causas más. Ciudadanos, organizaciones políticas y sociales, en número abrumador, han esperado durante años que sus reclamos fueran atendidos, que se echara luz sobre sentencias que consideraron injustas. Creyeron que, ingenuamente, se les haría justicia.
“¿ Porqué hay más de 14.000 procesos represados?,¿ porqué no ha prima do el orden cronológico ?,¿ a qué oscuros intereses se antecedieron ?”, dijo Hernán Salgado, su presidente. No hizo más que exteriorizar las dudas y las sospechas de la ciudadanía sobre lo ocultado con trampas legales y mañosamente tergiversadas en los años en que la Corte estuvo al servicio del correísmo.
“Los jueces constitucionales son los guardianes de la Constitución, desgraciadamente en el Ecuador no ha sucedido, y a pesar de las bondades de la Constitución de 2008, nuestros jueces, con pocas excepciones, se convirtieron en sepultureros de la Carta Magna”, precisó Salgado. Un retrato severo, pero esas palabras son un desafío. Se espera un cambio que transforme en realidad las esperanzas que ahora renacen.