En las comunidades tienen Internet y TV por cable. Saludan con una sonrisa.
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ESMERALDAS Pese a vivir entre lo tradicional y lo moderno, los habitantes chachis, nacionalidad propia de Esmeraldas, mantienen sus costumbres ancestrales. Una de ellas es saludar con una sonrisa y no estrechando las manos, como comúnmente lo hace el grueso de la población mundial.
El dirigente comunitario y maestro chachi, Roberto Añapa Trujillo, afirma que la sonrisa es un saludo de sus antepasados y hasta la fecha la mantienen de generación en generación.
Para esta comunidad, la sonrisa quiere decir que todo está bien, pero cuando alguien no ríe, significa que algo no está bien en él. Si se trata de la esposa o el esposo, el asunto lo arreglan al estar Otra de las costumbres chachis es la celebración de las fiestas, aún las llevan a cabo con instrumentos autóctonos, como la marimba, el cununo y el guasá.
La población se dedica a la agricultura de productos como el cacao, el maíz, el plátano, la yuca y otros alimentos de ciclo corto, que, además de comercializarlos, les sirven para la alimentación diaria. A esta la complementan con pescados de agua dulce, los cuales son capturados con atarrayas (redes) y anzuelos.
Los niños se educan en escuelas con profesores chachis. Su idioma es el ‘chapalá’. El medio de movilización en muchos de los casos es la vía fluvial a través de canoas con motores fuera de borda y a remo, cuando el traslado es a comunidades cercanas.
Los lugares donde viven los chachis han sido afectados, debido a la tala indiscriminada de árboles; ya no tienen bosques nativos. “La deforestación nos ha traído consecuencias graves”, afirma Roberto Añapa Trujillo. Por ejemplo, en su comunidad, ‘Guayacana’, en la temporada invernal la corriente de agua que baja desde las laderas desemboca en el río Esmeraldas y Canandé, provocando el aumento del caudal. El año pasado siete personas murieron ahogadas.
En lo referente a la salud, los chachis aún mantienen la medicina ancestral con plantas medicinales.
Hoy en día, también cuentan con los servicios de Internet, televisión por cable y modernos teléfonos celulares para la comunicación.
“La tecnología tiene sus riesgos, por ejemplo, los jóvenes pueden aprender malas costumbre en las redes sociales, pero creo que con el cuidado de los adultos, es posible mantener un control para que sea bien utilizada”, Añapa.
Pese a que tienen un subcentro de salud, a donde asisten las mujeres embarazadas para los partos, todavía existen las llamadas parteras o ‘comadronas’, quienes asisten a las parturientas.