¿Indelicadeza?
Delicadeza es sinónimo de finura, distinción. Se dice de un ser humano atento, revestido de desprendimiento y escrupulosidad. En el lenguaje llano y sencillo, coloquial, se puede definir que un hombre tiene delicadeza cuando demuestra signos de sensibilidad y desinterés por abarcar lo suyo, y tiene la virtud de delegar cuando de por medio se encuentran sus intereses particulares que no son, precisamente, los mismos que los de la sociedad en conjunto.
En el Ecuador de hoy existen toneladas de carga humana sin precedentes anteriores, expre- sadas en decenas de miles de aspirantes a integrar los gobiernos locales y seccionales. Y hay candidatos por quintales, libras y hasta al granel, como si se hubiera abierto un gran mercado mayorista que oferta una mercadería multicolor, pero humana. En lugar de cereales, verduras, gramíneas y tubérculos se ofrecen postales, calendarios, y hasta la felicidad consistente en abrazos, risas, labios ruborosos, tuteos y el dedo pulgar arriba, erecto, no se sabe si de triunfo, de clemencia, o es el dedo que nos harán tragar a la hora del incumplimiento del baratillo de los enunciados, cuando Ibarra, por ejemplo, muy pronto se quedará sin agua, o sus aceras y calzadas se demuestran en contra de los peatones, de los de a pies. O de sillas.
Consterna que en todo el país la delicadeza, la sensibilidad y el desprendimiento no se encuentran en el diccionario político, cuando se constata que ni uno solo de los alcaldes y prefectos y hasta concejales que aspiran a la reelección hayan pedido licencia, peor renunciar, para dedicarse de lleno a su campaña política. Parece que algunos siendo directores o dueños de un partido político, bien nacional o provincial, tienen el don de la ubicuidad, pues dirigen la municipalidad, su administración, sus obras, sus inauguraciones, sus contratos, y a la vez lo hacen como responsables de su propio frente político, desplazándose por aquí y acullá, formando comités electorales, bailando, portando carteles, besando, abrazando, realizando declaraciones en los medios… y asomando a la oficina donde todos los esperan, con besos.
¡Viva San Valentín!