Víctor Hugo Echeverría, honras y fatalidades
Para los provincianos, Quito fue siempre atrayente, esperanza de trabajo, comercio y el estudio universitario. Seductoras las calles empinadas, la copla de los campanarios, la ejemplaridad de su historia, motivo de animación el hermanamiento con la loma de El Panecillo, los barrios La Recoleta, San Juan, San Roque, las Iglesias de la Compañía, San Francisco, la algazara del parque La Alameda, la magnificencia del Palacio de Gobierno; el cielo quiteño, los libros, los poetas, La Ronda callecita de artistas y cerca de ella, la cárcel pública de la calle Ambato.
Para muchos paisanos Quito es pasional como dice la canción “…quien llega a conocerte, no puede vivir sin verte”, para otros, escenario de sucesos que a ratos trae pesadumbres, historias también que forjaron el temple que el tiempo hizo causa de vidas ejemplares.
Víctor Hugo Echeverría Feijó, recientemente entregó el libro Odisea Política y Vía Crucis de una Madre. Detalla el encarcelamiento que sufriera en Quito, y que se agravará por que se le acusaba de “terrorista”. El libro registra importantes acontecimientos de la lucha sindicalista en el Ecuador, nombres de sus protagonistas, las peripecias vividas mientras estuvo detenido. A más del oprobioso suceso, el tomo rememora hechos ocurridos entre los años 1955 hasta 1966.
Clarifica el escritor las insensateces que manejan las instancias de justicia, el valor de ciertas amistades. Pero sobre todo, certifica sus arrojos por las luchas que hallan mejoramientos para los obreros. La abnegación de su madre da al libro esa aura venida de aquellas manos bendecidas que armaron asombrosas luchas para liberar al hijo amado.
Echeverría es oriundo de Cotacachi donde vivió hasta los seis años, asentándose luego en Ambato, escenario de la juventud, tierra donde se educó y dio inició a la profesión de linotipista, trabajó en la Imprenta de la Curia. Tiempo corto fue el que estuvo en la Marina, y grandioso el que vivió en Cuenca expresamente en el Diario El Mercurio.
Sus manos se ocuparon inicialmente en un aserradero. El abandono de su padre fue motivo para ayudar a su madre de profesión modista, su trabajo protegió a sus cuatro hermanos. La universidad Central le gradúo de Doctor en Jurisprudencia, título que le sirvió para ejercer tempranamente la función de fiscal y Defensor del Pueblo de Imbabura.
Trabajó como linotipista para el diario El Tiempo de la ciudad de Quito. Muy joven integró las luchas del sindicalismo cuando fue dirigente de los trabajadores del periódico. Formó parte de la Juventud Trabajadora Ecuatoriana. Se integró a la CEDOC y militó en la Democracia Popular, partido por el que terció en Imbabura para la diputación.
Echeverría describe en su libro Odisea Política y Vía Crucis de una Madre, su detención en una manifestación organizada por la FEUE, rechazando a la Junta Militar que gobernó entre 1963 y 1966. La obra relata duros momentos de la represión, los suplicios de las bombas y los incidentes durante su estadía en la Cárcel Municipal. El libro contiene copias de documentos originales, entre ellos, la bienaventurada carta de puño y letra de su madre Zelmira María Feijó.