A PENSAR CON DETENIMIENTO

A partir de hoy nos corresponde a cada uno de los ecuatorianos, mujeres y hombres, reflexionar sobre la validez de las continuidades políticas, sociales y simbólicas heredadas. Sobre cómo nos gusta pensarnos como sociedad y en relación con el pasado, y cómo queremos que sea nuestro porvenir. ¿Cómo olvidar que los Derechos Humanos son parte de nuestro patrimonio político? El domingo este tipo de reflexiones deberán ser el antecedente del otorgamiento del voto a uno u otro de los candidatos que contienden en estas elecciones seccionales.

En el fondo, nada de las promesas hechas por los candidatos son algo nuevo. Los pueblos hemos tenido siempre “invitaciones” de ese linaje, y más burdas aún. La tradición de cábalas, magias y conjuras, y baños de pueblo se alimentan de las más diversas raíces y planos de nuestra cultura política, si es que puede llamársele de esta manera. Es la hora de meditar, pensar con atención y detenimiento, deliberar, considerar, calibrar y estudiar las propuestas de los numerosos candidatos, formarse una opinión y darle vueltas en la cabeza.

El contexto es complejo, pues el país vive en agitación permanente ante los fenómenos políticos, sociales y económicos que lo atraviesan, tanto en su interior como fuera de nuestras fronteras. En estas horas previas a la votación conviene cuidarse de prestar oídos a los vanos decidores, los que pretenden dictarnos pautas para nuestro vivir cotidiano y los que establecen paradigmas inconmovibles. También de aquellos que organizaron espectáculos artísticos, no por amor al arte y por generosidad, sino para condicionar nuestras decisiones.