Motorizados lo mataron mientras merendaba
La víctima estaba junto a sus padres y su esposa en un comedor cuando llegaron sus asesinos.
REDACCIÓN LOS RÍOS • Nadie se explica por qué un par de motorizados acabaron con la vida de Raúl Emilio Franco Pacheco, de 37 años, cuando se encontraba junto a su familia en un popular comedor ubicado en la calle Chile, entre la avenida José Joaquín de Olmedo y Camilo Arévalo, en la parroquia San Camilo, provincia de Los Ríos.
Y es que dos sujetos fuertemente armados llegaron hasta el comedor, a bordo de una motocicleta. Uno de ellos descendió y, al acercarse al ciudadano, le disparó por repetidas ocasiones.
Esto hizo que el hombre cayera agonizante entre las mesas del comedor, mientras que los clientes observaban aterrorizados el hecho.
De acuerdo con los testigos, ante la impotencia de lo ocurrido, el padre de la víctima, Raúl Efrén Franco Castro, de 57 años, agarró valor y le lanzó una silla al pistolero, quien se regresó y le propinó un tiro en la pierna derecha.
Esto hizo que tanto padre e hijo quedaran en medio de un charco de sangre, desde donde sus acompañantes los llevaron hasta el Hospital Sagrado Corazón de Jesús, pero allí se notificó la muerte de Raúl Emilio.
Desgracia
Raúl Efrén, quien en todo momento se mantuvo consciente preguntando por la salud de su hijo, tuvo que ser trasladado hasta otra casa de salud debido a que la bala le comprometió una arteria.
La voz de que el actual gerente de la academia de fútbol de Independiente del Valle en Quevedo había sido asesinado se corrió como pólvora. En cuestión de minutos, decenas de personas rodearon el hospital y la morgue de la ciudad para confirmar lo ocurrido.
En las redes sociales, desde las 22:00 del pasado jueves, se empezaron a subir noticias de lo ocurrido y la foto en vida de Franco empezó a recibir comentarios, donde se lamentaba lo ocurrido.
Consternación
Aunque el cuerpo del hombre quedó ingresado en el centro forense hasta la mañana de ayer, algunos de sus familiares y amigos pernoctaron en el sitio con la esperanza de llevarlo hasta su casa, en el barrio 10 de Agosto, de la parroquia 24 de Mayo, y velarlo.
Sin embargo, recién cerca del mediodía de ayer el cuerpo les fue entregado a sus familiares, quienes al recibirlo desbordaron en llanto.
La madre del joven, quien trataba de mantenerse fuerte, tuvo que ser auxiliada por un grupo de personas, ya que al momento del traslado se desvaneció en la vía.
La víctima deja tres hijos en la orfandad, según explicaron sus allegados. Se tiene previsto que mañana se lleve a cabo su sepelio en el cementerio general de Quevedo.
EL DATO Hasta el momento, la Policía Nacional no ha notificado haber aprehendido a alguna persona en torno al caso.