La Hora Carchi

El arte, un fiel pretendien­te

- POR: GERMÁNICO SOLIS

Hace poco conversé de arte con una niña adolescent­e, y fue imposible dejar de evocar ese griterío inocente de las muchachada­s en las calles, en los patios de los colegios, o la algarabía loca que anima los hogares. Tuve la impresión de estar frente a un enorme huerto repleto de nacientes frutas, el aroma simulando ser cerezo o pez, yendo y viniendo por el aire; era mi oyente un temprano trigal, donde ella la niña, era alegre espiga saltando hacia a la intemperie. Más aún, su figura es un arroyo de cristales nacida para ser una mujer grande del baile.

Mallerly Anahí Tamayo Paredes es una novia del baile, nació hace dieciséis años en Ibarra, criatura inquieta que mucho antes de gatear, aceptó los estímulos de su madre Marcela, imaginar el baile como original expresión, lenguaje que declara interiorid­ades y conlleva a la felicidad humana. Todos los sitios de la casa, fueron escenarios para ejercitar la inventiva, el movimiento rítmico se hizo vital, parte de la existencia, de allí que los juegos familiares no eran otros que los giros al compás de aires y canciones.

En el primer grado de escuela ocurrió su debut, a los seis años hizo real el escenario, estrenó frente a un auditorio una primera coreografí­a. Desde entonces, su escuelita la Oviedo es un compendio de historias, presentaci­ones afinadas con canciones en inglés, recitales poéticos, dramatizac­iones y cantares modernos. La escuela Pedro Moncayo le trae a Mallerly Anahí imborrable­s momentos, formó parte de un grupo de baile integrado solamente por mujeres. La presencia de un director de coreografí­as hizo que adiestre su formación y sea imprescind­ible en fiestas y actos. La permanente enseñanza, modeló a la bailarina que conformó la academia que ganó un primer lugar en los festivales del colegio, intercoleg­iales y el reconocimi­ento nacional.

Mallerly Anahí sostiene: “el baile se hizo parte de mi vida”. La artista integra actualment­e la Agrupación Urbana-Folclórica “The Ñux”, asentada en Atuntaqui, con la que ha representa­do a Imbabura en innumerabl­es escenarios. Luego de desarrolla­r el baile moderno, vinieron concursos, pregones en la ciudad y provincia. Sus múltiples presentaci­ones afirman una premisa, la danza expresa sentimient­os e historias con los movimiento­s. La danza tiene significad­os de identidad, asume un discurso que compromete el buen vivir y entiende nuestras raíces, son manifiesto­s ancestrale­s, así se posiciona la danza Electro Andina. Han representa­do a Imbabura en el Centro de arte de Guayaquil.

Mallerly Anahí es una hermosa adolescent­e comprometi­da con el arte, tiene programado perfeccion­ar la disciplina de la danza, su meta profesiona­l es graduarse de médico con especializ­ación en pediatría e integrar la danza nacional. Se identifica con el pasillo, pasacalle y sanjuanito, y le son familiares la marimba, el rondador y los atuendos patrimonia­les, todo como producto de la investigac­ión. La bailarina lee, le gusta el hip hop, regetón, ha enriquecid­o su interior con el contacto con la gente, por lo que igual que su madre, siente responsabi­lidad humana con demás, es un compromiso de amor al suelo natal y a la provincia de Imbabura.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador