El trueque le gana la batalla al dinero
Miles de personas llegan a Pimampiro para intercambiar una diversidad de productos agrícolas.
Esta actividad milenaria se desarrolla en Pimampiro, cantón de Imbabura, ubicado a una hora de Ibarra. Personas del sur de Colombia, Esmeraldas, Carchi, Sucumbíos, Pichincha y de todos los rincones de la ‘provincia de los lagos’, llegan hasta este sitio para desarrollar una transacción económica histórica.
PIMAMPIRO • Guineos, cañas, papayas, camotes, yucas, guayabas, aguacates y limones descansan dentro de costales, cartones, jabas, lavacaras o cajones. Es el viernes 12 de abril, el sol hierve en Chalguayacu, Valle del Chota, y las personas se alistan para ir al tradicional trueque o ‘cambeo’ de productos agrícolas.
Esta actividad milenaria se desarrolla en Pimampiro, cantón de Imbabura, ubicado a una hora de Ibarra, al norte del Ecuador. A esta localidad, por su clima cálido, se le conoce como la ‘ Tierra del Sol’. Dos días antes que inicie el Domingo de Ramos, personas del sur de Colombia, Esmeraldas, Carchi, Sucumbíos, Pichincha y de todos los rincones de Imbabura, llegan hasta este sitio para desarrollar una transacción económica histórica.
Pero, ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI, con una colectividad organizada en compra y venta, una tradición así logre perdurar? El sociólogo Leonardo Ogaz indica que, estos dinamismos, son formas pre capitalistas de intercambios que persisten por su espíritu comunitario. “Buscan un intercambio justo, donde prima el valor de uso y no el valor de cambio. El mercado capitalista prioriza el lucro; el trueque, las necesidades”.
La gran mayoría de personas que llegan hasta el lugar, cosechan sus productos. “Yo no compro para ir a cambiar. Lo que produzco en la huerta, intercambio”, dice el ciudadano Nixon Santos. Y estas palabras las repetirán muchos, todo el día.
El trueque
El Polideportivo Municipal de Pimampiro está con decenas de carpas instaladas. Bajo ellas, cientos de agricultores muestran sus productos. Las personas llegan a mirar, saludan e intercambian los alimentos. Los que llegan de zonas cálidas, van a buscar papas o granos. Los de las áreas frías, van por plátanos y otras frutas.
Wellington Morales tiene 30 años y llegó desde El Carmelo, provincia del Carchi. Trajo melloco, papas, zanahoria y habas. Mientras conversa, una mujer se acerca a sus productos y los intercambia con limones.
“Ya estoy haciendo el trueque. El cambio es proporcional. Equivalente a la cantidad”, dice mientras espera con optimismo regresar a su hogar con otros alimentos.
Aide Espinoza tiene 35 años. Camina rápido. Ella es de Pimampiro y está preparando el almuerzo para su familia. Ha dejado un momento la cocina para ir al ‘cambeo’. Cambió unas papas por limones. “Dos años hago el trueque”, dice, acelerando aún más el paso, queriendo volver cuanto antes a la cocina.
Katty Padilla es de San Lorenzo, Esmeraldas. Es la primera
Cientos de personas mantienen viva esta tradición milenaria que se realiza antes del inicio de la Semana Santa en Pimampiro.
vez que llega al trueque. Dice que está emocionada por la cantidad de gente y productos que van o vienen, interminablemente. “Estoy más que contenta”, repite con satisfacción. Y luego agrega que ha traído, desde su tierra, papayas, aguacates, naranjas, mandarinas, limones, limas, yucas, camotes. Todos esos productos, esperando a ser cambiados.
Patrimonio
En diciembre de 2017, el trueque de Pimampiro fue incorporado como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador. Se calcula que entre ayer y hoy llegarán cerca de 5.000 personas.
Los primeros en arribar al intercambio de productos, fueron agricultores de las comunidades de Mariano Acosta, Ambuquí, San Rafael, Yaramal, El Juncal y Santiaguillo. Según los testimonios de varios entrevistados, el trueque tiene más de 150 años de antigüedad. Para la antropóloga Sofía Chávez, aquí no solo se intercambian productos comerciales, sino sentimientos, vivencias, palabras, saberes, representaciones e imaginarios.
La actividad se inició con la llegada de las personas a las 07:30. Y es dinámica, continua; no se interrumpe. Si la gente desea quedarse hasta la noche, lo hace. El lugar cuenta con iluminación para que todo se desarrolle con normalidad. Se espera que la actividad se extienda hasta la mañana de este sábado.
Herencia familiar
Nixon Santos tiene 48 años y es de Chalguayacu. Está esperando a su vecino y cuñado para llevar sus productos, en una camioneta, a Pimampiro. “Así sale más económico el viaje. 5 dólares. Ponemos dos y medio”, dice desde la puerta de su casa.
Santos aprendió el truque por herencia familiar. Desde pequeño, su familia le llevaba al intercambio de productos. Ahora él hace lo mismo con sus descendientes. “Con mi mamá era cada ocho días el trueque. Era semanal e íbamos a Mariano Acosta o a Carchi, a cambiar nuestras frutas con papas. Ahora es anual y a mis hijas les enseño”.
A Michelle Carcelén también le enseñaron sus padres esta actividad. Por eso lleva al intercambio limón, lima, aguacate, guayaba. “Los saco de la huerta y los cambio con productos que no se dan en la zona, como la papa, el choclo, el queso o la leche”, dice mientras guarda en varios costales los alimentos.
Frente a ella está sentada María Congo, quien después de escucharle con atención, conversa con La Hora. “Mi mamá me enseñó el trueque. Por mis mayores lo hago. Y en estas fechas es bueno porque conseguimos granos para cocinar en la Semana Santa”, expresa emocionada mientras alista sus productos para dirigirse a revivir nuevamente el ‘cambeo’.
Alrededor de 5.000 personas llegan a Pimampiro para intercambiar sus productos.