Edison Cosíos falleció tras ocho años en estado vegetativo
El ex Mejía falleció ayer. Pasaron ocho años desde que una bomba le impactó en la cabeza.
El exestudiante del colegio Mejía estaba en estado vegetativo pues su cerebro perdió el 65% de funcionamiento, luego de que una bomba lacrimógena lo impactó directamente, durante una jornada de manifestaciones el 15 de septiembre de 2011. Ayer se informó sobre su muerte.
ÉDISON COSÍOS VIVE • Está presente en la historia de aquel líder estudiantil que le contaron a Mauricio Aimacaña cuando empezó a estudiar en el colegio Mejía y que, a pesar del miedo, le ha dado fuerza a él y a sus compañeros de sexto curso para volver a protestar en las calles. Está en las fotografías con las que sus padres han exigido justicia desde hace ocho años y en la frase que pintaron en una pared cuando permanecía en coma: “Cosíos vive, la lucha sigue”.
“Él nos ha demostrado, no solo a mi familia sino al país, que la lucha social se debe respetar. Espero que las personas que están viendo esto sean conscientes de que la lucha es legítima y ningún policía tiene que salir a matar”, decía ayer frente a la prensa Andrés Cosíos. A sus espaldas, los integrantes de la ‘banda de guerra’ del colegio Mejía permanecían firmes y, adentro de la sala de Jardines de Santa Rosa, familiares y amigos velaban a su hermano menor, Édison Cosíos.
Casi media hora antes de sus declaraciones, llegaba el ataúd con el cuerpo de Édison, quien falleció a las 04:10 en su casa, acompañado de su madre, su padre y sus dos hermanos. El joven dejó de respirar luego de casi ocho años en los que permaneció en estado vegetativo. Su pronóstico fue desalentador desde el inicio. La bomba lacrimógena que le lanzó a la cabeza el expolicía Hernán Salazar, en una jornada de manifestaciones en 2011, destruyó el 65% de su cerebro. Tenía 17 años.
‘No hubo justicia’
Con algunas frases cortas, Vilma Pineda volvió a las ocasiones en las que no hubo justicia para su hijo. Recordó que el proceso de juzgamiento en contra del policía Salazar se demoró casi dos años, que cumplió solo con la mitad de la condena de cinco años que le impusieron, que nunca pagó ni un solo centavo y que, él asumió toda la culpa, cuando debía haber sido el Estado el que la asumiera, que nunca se supo quién dio la orden de represión de las protestas. Antes del velatorio, vía telefónica, además mencionó que el Tribunal Contencioso de Pichincha negó su demanda contra el Estado porque consideró que estaba “a destiempo” y que el actual presidente, Lenín Moreno, nunca aceptó reunirse con la familia.
En la jornada de velación que se desarrolló al sur de Quito, las palabras “justicia” y “burocracia” se mencionaron con insistencia. Al sitio llegaron también varios miembros de la Sociedad de Egresados del Mejía, como su representante, Daniel Sánchez, quien dijo que Cosíos no solo es un referente de lucha sino el recordatorio de un proceso injusto.
Recalcó que, durante las protestas, cayeron también otros compañeros. A muchos los llevaron presos por protestar en contra del Bachillerato General Unificado, que en ese entonces se imponía como parte de las reformas educativas. “Después de muchos años nos damos cuenta que la lucha fue legítima porque la estructura era la que estaba equivocada”, agregó.
A esas críticas, Andrés Cosíos sumó la falta de agilidad por parte de las instituciones de salud. Contó que durante estos años hubo medicinas que la familia tuvo que comprar fuera del país. Todos los procesos estuvieron marcados por la burocracia.
Reconocimiento
El 15 de septiembre de 2011 esa bomba lacrimógena le impidió a Édison Cosíos seguir con su vida normal y graduarse del colegio. Por eso, Sánchez aseguró que una de las acciones que se está promoviendo desde la Sociedad de exestudiantes es que se lo reconozca como egresado del colegio Mejía.
Con la noticia del fallecimiento, en la institución educativa las banderas se izaron hasta la mitad en señal de luto. El presidente Moreno reconoció que Cosíos fue víctima de abuso de poder y expresó su sentimiento de pesar en Twitter. También se pronunciaron a través de redes sociales el expresidente Rafael Correa y el asambleísta y exministro de Interior José Serrano. Las críticas no tardaron, pues fue en su régimen en el que el joven fue reprimido.