Buscan 14.000 millones para frenar las tres infecciones que más matan
El Fondo Global para la lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis llama al compromiso de los países.
Esta cifra es el mínimo que se ha propuesto recaudar en octubre el Fondo Global contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, un organismo multilateral que se reúne cada tres años para recabar donaciones de gobiernos y organizaciones filantrópicas, con el fin de seguir luchando contra las tres mayores epidemias que padece la humanidad. Juntas matan cada año a más de dos millones de personas.
Onusida calcula que son necesarios 1.500 millones de dólares cada año para atender adecuadamente este problema. Los donantes internacionales aportan un promedio de 188, solo un 13%. Y esta cantidad está en riesgo si la reunión del Fondo Global de octubre en Francia no logra sus frutos: 14.000 millones de dólares.
Marijke Wijnroks, directora de personal de este organismo multilateral, indica: “Necesitamos volver a la buena senda. Hemos hecho progresos en los últimos años, pero esto se puede revertir. Las cifras globales de VIH han mejorado, pero cada vez hay más jóvenes en África subsahariana y si no paramos los contagios volverán a subir”, dijo y agregó que la tuberculosis está desarrollando resistencias que pueden ser letales. Hay que ser capaces de concienciar –señaló– a los donantes para movilizar un mínimo de 14.000 millones.
Una meta más ambiciosa es alcanzar los 18.000, pero los responsables del Fondo Global prefieren asegurar la primera antes de aspirar a más.
No está claro que se vaya a conseguir
Este organismo y su primo hermano para las vacunas, Gavi, fueron dos instituciones que se crearon a inicios de siglo para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Cuando en 2015 se hizo evaluación de lo conseguido, hubo algunas sombras, pero muchas luces. Algunas de las más brillantes fueron las que mostraron enormes caídas en muertes por malaria, sida y tuberculosis. Desde el año 2000, el consorcio para las inmunizaciones calcula que este esfuerzo multilateral ha salvado 10 millones de vidas; el Fondo Global, 27 millones. Pero esto solo se consigue con dinero.
En una reunión de recaudación de fondos de Gavi en 2015 faltaban 50 millones para lograr los objetivos, después de meses trabajando para buscar apoyos. Bill Gates sacó la chequera (metafóricamente) y completó la cifra de 6.625 millones de euros que por entonces se perseguía. Su fundación, junto con el Reino Unido, fueron entonces los mayores donantes, con más de 1.300 millones de euros cada uno. Pero los objetivos del Fondo Global son mucho más ambiciosos (tanto como el doble) y los esfuerzos necesitan repartirse más.
Mayor responsabilidad
En cuestión de reducción de daños por las drogas, estos fondos no solo son una ayuda, en opinión de Naomi Burke-Shyne, directora de HRI (Harm Reduction International), tienen que ser una “inversión catalizadora”, que impulse a las comunidades locales a actuar y que contagie a los gobiernos de los países receptores a sumarse a una causa con la que no siempre están concienciados.
Como recordó, Bikas Gurung, de la Red Asiática de Consumidores de Drogas (Anpud, por sus siglas en inglés), no se debe olvidar el trabajo de las comunidades en estos países, que “ya estaban antes de que llegasen las ayudas”.
“Hablamos de naciones en las que se persigue a los usuarios, como Filipinas. En el mejor de los casos, después de 20 años de inversión, la mayoría no tiene voluntad política ni hace seguimiento de datos”, dijo.
El uso de drogas inyectables está presente en 179 países, pero solo 86 implementan el intercambio de agujas y jeringas. Y 86 (no necesariamente los mismos) permiten la terapia de sustitución de opioides. “Es imperiosa la necesidad de que el Fondo Global incentive la inversión en reducción de daños allá donde más se necesita”, pide Burke-Shyne. Pero, antes de eso, hay que llegar a la cifra mágica: 14.000 millones. O 18.000, para los más optimistas. Esta información se expone en el diario EL PAÍS de España.