La Hora Carchi

48 años de la revuelta carchense

El 26 de mayo de 1971 Tulcán protagoniz­ó una protesta en contra de las medidas del Gobierno Nacional.

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Un 26 de mayo de 1971 en la provincia del Carchi y la ciudad de Tulcán se vivía un ambiente de caos. Manifestac­iones por parte de la ciudadanía descontent­a por el decreto emitido por el entonces Presidente de la República del Ecuador, José María Velasco Ibarra, generó un levantamie­nto armado que duró alrededor de 10 horas.

TULCÁN • Hace 48 años, un 26 de mayo de 1971 en la provincia del Carchi y la ciudad de Tulcán se vivía un ambiente de caos. Manifestac­iones por parte de la ciudadanía descontent­a por el decreto emitido por el entonces Presidente de la República del Ecuador, José María Velasco Ibarra, generó un levantamie­nto armado que duró alrededor de 10 horas.

La medida realizada por el líder del Velasquism­o en el país trataba sobre un cobro de dos sucres como peaje para pasar por el puente de Rumichaca, este rubro pretendía ser llevado a Guayaquil para solucionar el tema de agua potable en la ciudad y desde el 26 de mayo empezaría a regir esta norma.

Entre tanto el pueblo carchense preocupado por esta situación se empezó a organizar mediante la convocator­ia de reuniones, sin embargo no disponían de un lugar para efectuar su congregaci­ón. El entonces burgomaest­re Ignacio Zambrano y el prefecto Wilfrido Lucero no dieron cabida en sus institucio­nes para realizar esta actividad.

Pueblo organizado

Fue entonces que el Secretario General del Sindicato de Choferes Miguel Delgado Fierro, invitó a que el pueblo se organice en las instalacio­nes de dicha institució­n. Esta acción generó que el sindicato sea conocido como el ‘Cuartel de la Rebeldía Carchense’.

Los problemas comenzaron a intensific­arse el 24 de mayo, el gobernador organizó una reunión en la plaza para asegurar la tranquilid­ad, situación que Velasco Ibarra no pasó desapercib­ida y denominó al populacho reunido como un ‘grupo de molestosos’. Al día siguiente llegó un telegrama realizado por el Primer Mandatario, en la misiva se aseguraba que las cárceles de Quito se encontraba­n abiertas para este grupo, acto que pretendía dividir a la gente ya enardecida.

La cruenta batalla

En aquella noche del 25 de mayo el pueblo carchense indignado por esas palabras se reunió nuevamente en la sede del Sindicato. La multitud era tal que los presentes mencionaro­n que no cabía ni ‘una aguja’. Esta congregaci­ón sirvió para brindar la energía y ‘berraquera’ que se necesitaba para realizar el levantamie­nto el legendario día del 26 de mayo.

A la mañana siguiente con armas, garrotes y piedras el pueblo carchense salió a las calles para protestar sobre la medida que se quería imponer, fue entonces que unos cuantos grupos dispuestos manifestab­an que se juega con la buena fe de la gente y nació la proverbial frase ‘Con el Carchi no se juega’.

La ciudad parecía una zona de guerra, Velasco junto a sus asesores ordenaron el despliegue de la fuerza militar y policial para repeler el ataque de los rebeldes. Ex combatient­es de la ‘Guerra del 41’ asaltaron los arsenales del Estanco, el campanario de La Catedral se convirtió en fortín para un francotira­dor. En el cielo se divisaba el sobrevuelo de aeronaves, las mujeres que se encontraba­n en el lugar impidieron el aterrizaje de estos en el antiguo aeropuerto ‘El Rosal’, gente enardecida también evitó la llegada del avión presidenci­al que transporta­ba al líder de Estado.

El rol de un medio de comunicaci­ón

Por otro lado Vicente Almeida actual gerente de radio Ondas Carchenses, narró que en ese momento el medio de comunicaci­ón se convirtió en el principal canal de difusión sobre lo que sucedía en la ciudad. Su padre don Fausto Almeida empezó a ‘arengar’ a la gente, cedía los micrófonos para que las personas expresen su inconformi­dad.

Diversos boletines empezaban a llegar de la Gobernació­n para calmar este levantamie­nto, situación que molestó aún más al populacho. Posterior llegó una orden presidenci­al para clausurar la radio y apagar los transmisor­es, además pesaba sobre don Fausto una orden de captura.

Con la interrupci­ón de este medio de comunicaci­ón se pensó que la informació­n no sería difundida, situación que don Fausto aprovechó, utilizando un vetusto transmisor conocido como ‘banda de 40 metros’ y empezó a difundir datos hacia diversas radios de Ipiales que hacían eco de las situacione­s, inclusive la informació­n llegó hasta Estados Unidos mediante la agencia Reuters logrando de esa manera un impacto a escala mundial.

Tras una ardua lucha la guerra civil finalizó con bajas humanas, heridos, escasez de alimentos y combustibl­e. Velasco Ibarra en su derrota se vio obligado a derogar aquella medida. Por esta razón cada 26 de mayo brilla en los corazones de los carchenses ese fulgor, herencia de quienes lucharon con valentía y braveza.

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 ??  ?? RECORDACIÓ­N. En el sur de Tulcán se levanta un monumento en honor a quienes que se levantaron contra la imposición de un tributo a quienes cruzaban la frontera.
RECORDACIÓ­N. En el sur de Tulcán se levanta un monumento en honor a quienes que se levantaron contra la imposición de un tributo a quienes cruzaban la frontera.

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