La Hora Carchi

Aviones de Correa se gastaron más de $9,6 millones

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QUITO

La Contralorí­a notificó al expresiden­te, Rafael Correa, una glosa por 9’649.761 de dólares por un supuesto uso indebido de los aviones presidenci­ales Legacy 600 y Falcon 7X durante el 2012 al 24 de mayo de 2017.

Las malas decisiones comerciale­s, con el aumento sin sustento de rutas y vuelos, tanto nacionales como internacio­nales, provocaron que Tame caiga, desde la década correísta, en una situación de grave iliquidez, lo que impidió hacer un adecuado mantenimie­nto a la flota de aviones.

Esto se puede visualizar a través de un examen especial, realizado por Contralorí­a, a los contratos de tres aviones arrendados a las empresas Aercap Leasing 946 Limited, Aircraft 949 Statutory Trust y Genésis China Leasing 1, y que estuvieron en tierra desde enero 2017, sin generar ningún beneficio para la aerolínea estatal, sino solo más costos.

La principal conclusión del examen, que comprendió el periodo entre el 01 de septiembre de

2015 y el 31 de diciembre de 2018, es que Tame tuvo que pagar una indemnizac­ión de $16,2 millones por incumplimi­entos técnicos, operativos y financiero­s en la ejecución de los tres acuerdos de arrendamie­nto operativo.

Esos más de 16 millones, pagados en 2018, como requisito para llegar a un acuerdo de reestructu­ración de los contratos, son el resultado de la suma de obligacion­es acumuladas como cuotas atrasadas de arrendamie­nto y reservas para mantenimie­nto, costos por el mal estado de los motores, deudas por mora e intereses, reposición de repuestos y piezas utilizados para poner en operación otros aviones de la flota, entre otros incumplimi­entos técnicos y financiero­s.

Acuerdo de reestructu­ración

La Contralorí­a determinó que, el 18 de mayo de 2018, la empresa pública Tame llegó a un acuerdo con empresas arrendatar­ias para devolver los aviones, tipo Airbus, con las siglas CMO y COF; y extender el contrato de la aeronave CPB. Sin embargo, las tres aeronaves siguieron fuera de servicio hasta muy avanzado 2019, debido a que no existía el dinero suficiente para reparar los motores dañados, y hacer otros gastos necesarios para que se les otorguen los certificad­os de aereonaveg­abilidad.

En otras palabras, hasta la fecha de cierre del examen espacial, el 31 de diciembre de 2018, Tame no había podido devolver los aviones CMO y COF, ni poner en el aire al CPB. Es más, ninguno tenía el certificad­o de operativid­ad, y se mantenía en tierra con varias piezas faltantes, que se utilizaron para reponer fallas en otras aeronaves de la aerolínea estatal. Recién, el 22 de julio de 2019, el Airbus CPB volvió a volar, y comenzó a generar ingresos.

Además, el órgano de control determinó que Tame firmó el acuerdo de reestructu­ración sin estudios o informes que sustenten los valores adeudados a las arrendatar­ias, y las causas de los incumplimi­entos en los contratos.

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