Narcotráfico gana terreno

Tristeza por este país. Por las presentes y futuras generaciones. Por nosotros. Por los latinoamericanos. Tanta droga circulando por nuestro territorio, por los países vecinos. Un perfecto corredor en el que el narcotráfico, las armas, el dinero mal habido se ha tomado todo, y nos ha quitado todo; hasta la decencia humana. Todo lo malo, es ahora bueno; porque con el dinero se puede comprar, se puede vivir bien, se puede comer.

La revista Diners, en una lúcida entrevista al periodista José Hernández, da cuenta de que desde el 2009 ya se advirtió que “había bandas, que la población trabajaba para los narcos, que los militares decían que la gente no hacía la diferencia entre trabajar para un delincuente o hacer un trabajo formal”, y lo peor que hasta ahora “el país todavía no hace conciencia de la gravedad del problema”.

Todos los días, los medios informativos nos muestran las toneladas de cocaína decomisadas –cuánto más no se descubriráMás y más presos. Las cárceles llenas de tantos acusados por narcotráfico. Muertos en el narco bus. Familias desoladas. Heridos con graves secuelas.

Y nadie sabe cómo enfren- tar. Vamos rumbo a una guerra, que traerá mucho sufrimiento. Colombia ya lo vivió y no se ha librado del problema. Por más aviones que se traiga de EEUU, estamos contaminados hasta las venas. No se frenó a tiempo. Lástima, porque el dinero que ahora se debe destinar para la defensa del territorio y el combate del narcotráfico podría servir para salud y educación.

Y qué decir de los niños, jóvenes y adultos consumidores. Es un camino sin retorno, por más defensores de la legalización de la droga. Sino, los ejemplos de las grandes estrellas de la música y del cine están a la vista. Tienen dinero, pueden comprar lo que quieren, pero el rumbo es el mismo, cadáveres vivientes rumbo a la tumba.