La falta de comunicación y de contacto físico y visual ha ocasionado la ruptura simbólica de familias enteras. El excesivo uso de la tecnología puede afectar a la familia
El uso indiscriminado de la tecnología, como el celular y sus aplicaciones, por ejemplo, ha ocasionado familias distantes con una conexión interferida. Por lo que los dispositivos, utilizados indebidamente, se han convertido en “un medio de separación”, comentó Fernanda Ortiz, sicóloga clínica.
En esta era, la incomunicación es cada vez más notoria y preocupante, porque, al tener cada miembro un aparato, ha generado la ausencia, sobre todo de figuras parentales que, en otros tiempos, eran los que lideraban o encabezaban el contacto interpersonal y la toma de decisiones, menciona.
En este contexto, “ahora tenemos papás de Facebook que ven la vida de sus hijos a través de las redes sociales, debido a la falta de confianza que existe entre ellos”. Pero además, “para los padres lo más fácil es dejar a sus hijos al cuidado de un celular, de una tablet o de una Smart TV que dedicarles tiempo para jugar y compartir.
Antes teníamos las televisiones como niñeras, ahora son los celulares”, manifestó la especialista, quien pide analizar la situación y tomar medidas urgentes que vuelvan a reunir a las familias y, de esta forma retomar la adecuada atención.
Consecuencias
El mal comportamiento, problemas académicos y sociales son algunas de las consecuencias que se han registrado en niños y jóvenes que permanecen mucho tiempo con los dispositivos tecnológicos y en redes sociales. “Esto ya es una llamada de alerta para que los padres se den cuenta de que algo pasa”, indica Ortiz.
Lamenta que son, por lo general, los progenitores los que no manejan bien las relaciones con sus hijos y es por ello los comportamientos erróneos.
Asimismo, el permitirles el manejo de celulares a tempranas edades, para que ‘no les molesten’, genera distancias afectivas, agrega.
Estas situaciones provocan rupturas simbólicas, es decir que a pesar de vivir en la misma casa no se conocen mutuamente, no saben sobre su mundo interno, sus gustos… “Eso es lo que se vive en la actualidad”.
Por esta y otras situaciones recomienda acudir a expertos para que les proporcionen guías y herramientas con el fin de mejorar la convivencia familiar.
Sugerencias
Ortiz indica que desde el lado positivo, el uso de este tipo de herramientas, con sus juegos y actividades, ha permitido a los niños tener una mejor atención, mayor concentración y buena memoria. Pero por la falta de control y criterio especializado, esta ayuda se ha desviado hacia el exceso e incluso a tener acceso a información que no corresponde a su edad.
Es por esta razón que urge que en los núcleos familiares, tanto los papás como los hijos, controlen el tiempo de uso y el acceso a las redes sociales y que en momentos especiales del día ni siquiera tengan ninguno de los aparatos cerca para poder fomentar la comunicación verbal.
Propone, por ejemplo, que quien haga uso del celular mientras desayunen, almuercen o cenen, invite a disfrutar de un helado a todos los miembros de la familia, como ‘penitencia’. También aconseja apartarse del teléfono durante todo un fin de semana y así otro tipo de sugerencias muy creativas que les ayude a juntarse como seres humanos.
Añade que los acuerdos a los que lleguen deben ser cumplidos al pie de la letra y que los progenitores deben poner el ejemplo. Porque si los mayores son los que rompen las reglas perderán la credibilidad e incluso el respeto.