En el Antisanilla está la pareja de cóndores más exitosa del país
Se los vigila desde 2012 y en ese tiempo han tenido seis pichones. El último tiene casi dos meses.
En el peñón del Isco, en la reserva Antisanilla, hay una pareja de cóndores con una actividad reproductiva alta. ‘ Peregrina’, su última hija, tiene aproximadamente dos meses de edad y es vigilada de cerca por Vladimir Ushiña, el trabajador del Fondo Peregrino, quien le puso el nombre.
Este comportamiento reproductivo contradice a los estudios e investigaciones realizados hasta el momento, en los que se hacía referencia a que esta ave ponía huevos cada dos años, manifestó Sebastían Kohn, de la Fundación Cóndor Andino.
Mientras que Ushiña, quien se dedica por lo menos tres veces a la semana a vigilar los movimientos y comportamiento de esta pareja de cóndores, menciona que han puesto huevos cada año y dos meses; por lo que desde 2012 han tenido cuatro hembras y dos machos, los cuales han abandonado el nido a los 10 meses.
De los cinco juveniles que han abandonado su ‘casa’, solo a ‘Linda’, la quinta hija, se le ha colocado banda alar y ha sido vista por el Antisana y El Cotopaxi. “Hay algunos juveniles que sobrevuelan la zona y puede que sean los hijos de esta pareja”, adujo Ushiña.
Se protegen apropiadamente
A ‘Peregrina’ sus padres la cuidan con mucho esmero. La alimentan por lo menos cuatro veces al día y no la dejan sola en ningún momento. Como son territoriales, no permiten el acercamiento de otros cóndores hasta el peñón del Isco y, si alguien lo hace, el padre o la madre se encargan de ahuyentarlo. “Es por esta razón que hasta ahora no se ha visto en el peñón a otra pareja reproductiva”, señaló Ushiña. Por su parte, Michale Moens, director de conservación de la Fundación Jocotoco, dijo, muy convencido, que “es la pareja más exitosa del país” y, que aunque no se sabe por qué es tan fertil, cree que al ser muy fuertes y tener un sitio fijo de
anidación, se protegen adecuadamente. Antisanilla es una reserva privada de la Fundación Jocotoco, ubicada en las laderas occidentales del volcán Antisana, a 48 km al sureste de Quito. Aquí se encuentran los peñones
del Isco, el sitio que alberga a la pareja más reproductiva, donde llegan a dormir un gran número de individuos. Es la zona más importante para la protección del cóndor andino, manifestó Moens.