EL RENACER DE LA CAPITAL
Quito celebra merecidamente su aniversario con un cúmulo de festejos gracias a los cuales se olvidan los conflictos vividos y los problemas padecidos, y se piensa, dentro de su mejor tradición histórica y política en el engrandecimiento de la herencia recibida de generación en generación. Fue el domingo 6 de diciembre de 1534 cuando Don Sebastián de Benalcázar confirmó y ejecutó la fundación de San Francisco de Quito.
Andando el tiempo la ciudad fue identificada como “Luz de América”, al ser pionera de los movimientos que condujeron al continente sudamericano a la independencia. Podría decirse que, pasados los siglos, con la reunión de Navidad en la Hacienda Chillo Compañía de propiedad de Juan Pío Montúfar y Larrea en 1808, se dio la clarinada al proceso. Navidad, siempre un renacer en la vida de la capital.
Este aniversario se singulariza por la nominación de candidatos a ocupar la Alcaldía del Distrito Metropolitano y las concejalías pertinentes en febrero del año que se avecina. Un aniversario, en consecuencia, con el fuerte olor y sabor de las diversas campañas proselitistas. Una página que, cada cuatro años, se vuelve a repetir, pero que no merma la brillantez se sus celebraciones.
En efecto, cada 6 de diciembre la capital de todos los ecuatorianos es motivo de orgullo y de recuento, del cúmulo de aconteceres políticos, económicos, sociales y culturales de la urbe y de todo el país. Por ser sede del Gobierno y del resto de las funciones del Estado, es escenario, para bien que nos orgullezca o para mal que nos avergüence, de cuanto se hace para conducir el destino de la nación.