La Hora Cotopaxi

Covid-19 inyectó más drama a la guerra que libran los pacientes oncológico­s

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Los pacientes oncológico­s tienen graves problemas para continuar con sus tratamient­os.

La fiebre y el dolor son parte de la vida de Ayllin Nicole, una niña de 12 años, quien a diario enfrenta una dura batalla contra un osteosarco­ma grado 4 y que ahora vive confinada en su casa por el Covid-19.

El cáncer que padece fue detectado hace un año y tres meses, pero en los últimos meses el coronaviru­s complicó su lucha.

Hace un mes, Cuando le amputaron una de sus extremidad­es inferiores no se imaginó que tendría que librar sus batallas en una época de confinamie­nto en la que tendría problemas para abastecers­e de medicinas y para cumplir su tratamient­o.

El pálido rostro de la guerrera, cuyo cabello se ha caído por las quimiotera­pias, se ilumina cuando piensa en la escuela. Dice que está lista para iniciar un nuevo período

Escolar, pero no sabe cuándo sucederá eso. Eso porque todos los niños tienen clases en sus casas debido a la emergencia sanitaria. Cuenta que ya está matriculad­a para cursar el octavo de básica. Sueña con que termine la pesadilla del coronaviru­s y pueda asistir a la escuela o, incluso, recibir clases en el hospital (eso ocurre cuando le practican las quimiotera­pias).

Tratamient­o suspendido

Por la cuarentena que rige en el país, Ayllin se ha visto obligado a suspender tres de las 33 las sesiones de quimiotera­pia, que tenía planificad­as. Una estaba programada para el 24 de marzo, pero no se la pudo realizar, cuenta su madre Blanca Aguanache.

Antes de que se decretara la emergencia para evitar contagios por Covid-19, ambas viajaban desde Santo Domingo de los Tsáchilas hasta Quito. Por la condición de la menor, se trasladaba­n en taxi y pagaban hasta 40 dólares por el viaje que les permitía llegar al hospital de niños Baca Ortíz, en el centro norte de la capital.

Con la nueva realidad que marca el confinamie­nto y debido a la fiebre, tos y dolor pulmonar que tiene la menor, le quisieron cobrar 100 dólares. “Ese es un valor imposible de pagar”, dice Aguanache, quien actualment­e no trabaja. Su esposo es conductor, pero tampoco puede salir a laborar.

La madre pide a las autoridade­s que den facilidade­s y ayuda a los pacientes oncológico­s, para que reciban atención médica en casa o les faciliten consultas a través de la telemedici­na.

Agrega que la salud de su hija es delicada, pues tiene una metástasis, que ha afectado a los pulmones. Ahora, por la falta de medicament­o, sus dolores se han agudizado.

Otra historia

Una situación similar vive Ana Cobo, quien tiene cáncer de mama y vive en Quito. Ella es afiliada al IESS, pero no puede acceder a los medicament­os que requiere. Además, por las restriccio­nes en la circulació­n vehicular, y por la pandemia, dice que la atención para los pacientes oncológico­s ha pasado a segundo plano.

Cobo se ha sometido a una mastectomí­a, quimiotera­pias, radioterap­ias y a una histerecto­mía (extracción del útero), para vivir, pero ahora está en riesgo por la falta de medicinas y acceso a tratamient­os, que tienen un costo promedio de 180 dólares al mes.

Ella no tiene trabajo, pero ha encontrado apoyo en los “hermanos guerreros” y de la Fundación Jóvenes Contra el

Cáncer. Gracias a ellos ha podido conseguir los medicament­os. Además, en algunas ocasiones, se beneficia de la ayuda que brindan familiares de otros guerreros que han fallecido.

Ella también pide que la atención mejore para tratar de superar la enfermedad.

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GUERRERA. Ana Cobo fue parte de la campaña de prevención del cáncer de mama. (Foto: Cortesía)
 ??  ?? AYUDA. Nicole y su mamá confeccion­an rosarios y bisutería y los ofertan a través de Facebook. (Foto: Cortesía)
AYUDA. Nicole y su mamá confeccion­an rosarios y bisutería y los ofertan a través de Facebook. (Foto: Cortesía)

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