La Hora Esmeraldas

Entierros con poco llanto

Las iglesias, psicólogos, sociólogos y afros tienen conceptos distintos de cómo ir a la última morada.

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Al ritmo de salsa, vallenato, reguetón, baladas, boleros o cumbias, es una manera con la que algunas familias están optando para enterrar a sus muertos en la ciudad de Esmeraldas. Tradiciona­lmente los afros despiden a sus niños con arrullos, chigualos y alabaos.

“A mí me entierran con alabaos. Solo me cantan en casa, nada de andar con música en la calle mientras me llevan al cementerio”. Así quiere que sea su final Rosita Huila, la cantora referente del pueblo afro en Esmeraldas.

Ella, a sus 84 años y centenas de acompañami­entos funerarios cantando arrullos, chigualos y alabaos, tiene claro lo que quiere el día que se muera. “Los cantos son solo para niños. Pero hasta los 8 años. Cuando están entre los 9 a 17 se les dice ánima-sola, porque no se les canta ni chigualos ni alabaos”, detalla la cantora del grupo de arrullos ‘La voz del Niño Divino’.

Narra que en la creencia afro, con mucha influencia católica, a los ‘angelitos’ (menores de 8 años) se los despide terrenalme­nte con alegría, entonando el bombo, cununo, guasá y cantando al ritmo afro. “Lo mismo ocurre en el cielo”, dice la devota convencida.

En su creencia cristiana, cuenta Rosita, que si durante un velorio de un adulto llegaba con bulla, el muerto ponía mala cara. Esa noche solo se rezaba y cantaban alabanzas; de eso se encargaban las mujeres y dolientes. Los hombres ‘mataban’ la noche jugando naipe y tomando aguardient­e.

Actos ‘impropios’

La Iglesia Católica, en 2016, frente a la proliferac­ión de actos ‘impropios’ durante los entierros, decidió emitir un documento acerca de la sepultura de los difuntos aprobada desde el Vaticano.

Una de ellas, que en caso de cremación las cenizas no deben ser expulsadas al aire, agua o en cualquier otra forma, sino en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialme­nte dedicada para tal fin por la autoridad eclesiásti­ca correspond­iente.

Tampoco aprueba actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, pero sí la Iglesia confirma su fe en la resurrecci­ón de la carne y pone de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona con la cual el cuerpo comparte la historia.

Con ellos se contrapone­n en parte los seguidores de la iglesia ‘K-FE’ de Esmeraldas, liderada y creada por el pastor John Cornejo. Para él con la muerte se acaba todo, por lo que no ve necesaria las visitas a cementerio­s y menos los rituales de cantos durante el trayecto casa-cementerio.

Visión del análisis

“Respetamos la traición de las personas. Pero no lo comparatis­mos desde el punto teológico. La Biblia lo que enseña es enterrar a nuestros muertos y guardar cierto tiempo de luto y me refiero a la tristeza del corazón”, explica. Y agrega: “la muerte en Cristo, eso es ganancia”, cita Filipense, capítulo 1 verso 21, uno de los 66 libros sagrado libro, el más vendido en el mundo.

Desde la psicología, según la profesiona­l en esa rama, Mónica Francis Bone, enterrar a los muertos con música y bailes está ligado a la creencia en otra vida, “donde el ser querido estará mejor y pensamos que cumpliendo sus gustos y deseos terrenales, su alma estará en paz”.

En la actualidad –agregavemo­s ese sincretism­o espiritual traducido al uso de un tipo de música que le gustaba al ser querido y que prepara al deudo para despedirse físicament­e de él, al enterrarlo. Para los dolientes es parte del rito de despedida con el que se inicia el proceso de duelo.

“Lo que se hace no es patológico, es una reacción natural frente a la pérdida”, diferencia la profesiona­l y, deja claro que enterrar a muertos con alegría no es nuevo ancestralm­ente, el pueblo afro ha unido la música al duelo, muestra de eso, son los chigualos para los niños fallecidos.

“Solo a los niños se entierra con chigualos, arrullos y alabaos. Al adulto se lo reza y se le cantan alabanzas”. ROSA HUILA, CANTORA DE ARRULLO.

“Los entierros con música son comportami­entos aprendidos de otras sociedades. Desde mi punto de vista, no lo veo como un fetichismo”. CÉSAR CALLAVERAL, PSICÓLOGO

“Se va construyen­do una nueva expresión cultural, buena o mala queda en la elección de la gente”. LUIS MONTAÑO, SOCIÓLOGO.

“Lo que haga debe ser en vida, cuando morimos solo hay dos lugares: infierno o cielo”. JOHN CORNEJO,PASTOR.

“Desde la psicología al enterrar con música no buscamos nada… interpreta­mos al ritual como el hecho de la creencia en otra vida”. MÓNICA FRANCIS BONE, PSICÓLOGA.

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 ??  ?? CAMBIO. En algunos de los recorridos, entre la sala de velaciones y el cementerio, muchos dolientes optan por colocar música durante la procesión fúnebre.
CAMBIO. En algunos de los recorridos, entre la sala de velaciones y el cementerio, muchos dolientes optan por colocar música durante la procesión fúnebre.
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