Una iglesia es refugio de afectadas por lluvias
Muebles y varios enseres se dañaron por la caída de paredes y el ingreso de agua.
Desde el domingo, Maricela Orovio, de 40 años, reside en la Iglesia del barrio 13 de Noviembre, zona alta y céntrica de la ciudad de Esmeraldas, como consecuencia de las fuertes lluvias que azotaron a la provincia desde el pasado sábado, cuando la erosión de la tierra afectó una de las bases de la casa, desplomando las paredes central y lateral.
La madre de familia de un menor de 2 años y otros dos de 17 y 22, debe cancelar la suma de 20 dólares diarios para permanecer en el lugar, al no contar con otro sitio a donde ir. En el inmueble también residían otras dos hermanas, como lo son Sara y Márjorie Orovio, quienes también evacuaron al sentir el colapso de la casa.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), frente al conocimiento del tema, delegó personal para llegar hasta el sector y tras una evaluación entregaron kits de ropa y aseo, como una medida de ayuda hasta que se emita el informe correspondiente del hecho.
Afligidas, pensando que con el pasar de los días su vivienda aún permanece destruida y el cuarto de 12 metros de largo por seis metros de ancho de la Iglesia donde son acogidas, poco las dejan realizar todas las actividades que antes hacían.
Maricela Orovio, junto a sus dos hermanas, tres hijos y un sobrino, quedaron damnificadas desde el pasado domingo, a causa de las fuertes lluvias que desplomaron su casa en el barrio 13 de Noviembre, zona alta y céntrica de la ciudad de Esmeraldas.
Dos colchones tendidos en el suelo y una sábana extendida como cortina, separan el mismo cuarto de la Iglesia que se ha convertido en su residencia actual. A no más de 100 metros quedaba su vivienda, pues, se asentaba en una ladera junto a otras decenas de familias más.
La estructura de madera y cemento, colapsó debido al deslizamiento de tierra que afectó una de sus bases, debilitándola y haciendo que las paredes central y lateral se vinieran abajo, mojando todo en su interior.
Debe pagar daños
Además, varios ladrillos cayeron hacia el techo de la vivienda aledaña, por lo que también debe conseguir el dinero suficiente para comprar el zinc y otro material que le solicitó la familia perjudicada.
Asimismo, la estancia dentro de la casa religiosa no es del todo gratis, al tener que cancelar 10 dólares por la electricidad y 10 dólares más, por permanecer allí.
La abnegada madre de un pequeño de dos años y otros dos de 17 y 22, quienes van al colegio y a la universidad, respectivamente, recibió la tarde de ayer junto a sus hermanas Sara y Márjorie Orovio, la ayuda de una brigada del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), que al conocer el caso no dudaron de manera inmediata en responder con seis kits de ropa, pese a no contar con un reporte de los daños.
“Al conocer de la situación dispuse que la colaboración llegue hasta la familia”, precisó Martha Estupiñán, directora Distrital del MIES, ante la noticia difundida por Diario La hora.
Bono de contingencia
Inclusive, se prevé que a las hermanas se les adjudique el bono de contingencia de 90 dólares, después de una valoración socioeconómica que realice el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), y a través del Miduvi, puedan responder con una nueva vivienda, pero no en el lugar al considerarse una zona de riesgo.
“Esto es un gran aporte, no nos lo esperábamos”, mencionó Márjorie Orovio, al ser atendida por las dos integrantes de la institución, quienes amablemente le explicaron que aquella ayuda sería provisional hasta que el informe de Gestión de Riesgos llegue a la central. Por el momento, deberán ser pacientes a los protocolos en esos casos.