Entre la tragedia y la comedia
El Ecuador está sumido en una tragicomedia. El Gobierno Ejecutivo, según la lectura desde la perspectiva del ministro de Finanzas, Richard Martínez, la economía del Ecuador es muy difícil, compleja y delicada, encontrándose en una disyuntiva desesperada y que como parte del gremio empresarial no encuentra la fórmula que le permita quedar bien con Dios y con el diablo, porque seguramente primara el espíritu de cuerpo cuando se decida a quien servir.
Para 2019 podemos prever que se avecina un gran trastorno social y político, se augura “una tragedia económica”, el ciudadano común cada día amanece desorientado con un pesimismo elevado a la máxima potencia, comentando en las calles de esta manera: “y este año que viene será peor“; no se avizora un modelo de gestión atrayente en el cual se inspiren las futuras generaciones, institución básica de la sociedad, ese algo que nos permita terminar con este gran cúmulo de desencanto que guardamos y que nos sigue proponiendo la misma situación económica actual del país.
Hasta hoy no sabemos el resultado de la visita al Ecuador del vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Mike Pence, que causó una gran expectativa sobre todo para el grupo empresarial, aún no se sabe si ya estamos en el camino cierto o si todavía está muy lejos para llegar a los acuerdos comerciales; además, no se sabe de qué forma apunta el apoyo y las acciones concretas para Ecuador por parte de EE.UU, aunque por demás está decir que América Latina no está como una de las prioridades de Washington.
Sabemos en demasía que para el ‘Tío San’ la región siempre ha sido de poco y casi ningún interés y que los ecuatorianos seguimos con la crisis de origen económicofinanciero, acompañado de una agresiva inmigración de nuestros vecinos, que atraídos por el dólar buscan establecerse en nuestro país.
jorgeadalberto.quinterobonilla@gmail.com