OSCURO FIN DE UN ÍDOLO
Por siempre quedará plasmado en la memoria deportiva del país el legendario final del partido del Barcelona S.C. contra el argentino River Plate, que definiría el paso del equipo torero a la final de la Copa Libertadores en 1990. La hazaña se dio ante 60 mil espectadores en el estadio Monumental de Guayaquil, y millones de ecuatorianos pegados al televisor.
Años antes de que la selección ecuatoriana llegase a su primer Mundial, los penales que habría de atajar Carlos Luis Morales le permitieron al país soñar en grande en lo futbolístico, cuando aún se pensaba pequeño.
Los escandalosos hechos de corrupción durante la presente emergencia sanitaria, llevaron al otrora deportista estrella, presentador de televisión y político multicolor al ojo público por motivos menos felices.
La política, en el Ecuador especialmente, es un juego ingrato y peligroso.
Las investigaciones iniciadas por la Fiscalía General del Estado deberán seguir su curso y determinar los responsables del atraco a las arcas públicas que tanto sufrimiento y muerte causan por la absurda ambición de algunos, la negligencia y complicidad de ciertos entes de control, y la complicidad de otros.
Los logros deportivos de una figura como Carlos Luis Morales, que formaron a una generación de hinchas y deportistas, e inspiraron a muchos jóvenes a aspirar a la gloria no deben empañarse por denuncias llevadas a cabo años después, y que deberán aclararse.
Confiamos en la imparcialidad de la justicia y esperamos que se resuelvan las investigaciones que implican a quien hasta ayer detentaba la prefectura de Guayas.
Paz en la tumba de Carlos Luis Morales y consuelo a su familia y seguidores.