Democracia Directa o Democracia Participativa
Democracia Representativa Pero a contrapelo de lo propuesto, los actores que detentan el poder político en los países de Sudamérica privilegian la democracia representativa por sobre la democracia participativa. Aquellos argumentan su triunfo en las elecciones, por lo tanto, es frecuente escuchar su argumento que sostiene que el pueblo los eligió para que asuman su representación en todos los asuntos de Estado, como podría ser la ejecución de proyectos, la construcción de las leyes o en otro tipo de decisiones, hecho por el cual es innecesaria la consulta popular para dilucidar esos temas.
Es más, agregan que quienes deseen proponer nuevas alternativas, proyectos legales distintos a los de la Función Ejecutiva o reformas constitucionales, a modo de ejemplo, deben participar en elecciones y ganarlas, para continuar con el ciclo de la democracia representativa.
La democracia participativa tiene múltiples expresiones, unas de las cuales son las consultas populares con carácter vinculantes para todos y otras son las consultas convocadas por el Estado cuando tiene que decidir o autorizar proyectos que puedan afectar sus derechos constitucionales.
La democracia representativa es la forma democrática más usual en nuestros países sudamericanos, a la cual se aferran los gobernantes para evitar el pronunciamiento del pueblo en la toma de decisiones que pueden resultar adversos para las políticas de gobierno.
Sin embargo, tanto la representación como la participación son elementos esenciales del vivir democrático, por lo cual pueden coexistir ambas manifestaciones en beneficio de la democracia, tal como sucede en algunos países europeos.