Lucila Bermeo celebra sus 105 años
Su descendencia abarca cinco generaciones. Simboliza la unidad de su familia.
Es una bendición para nosotros porque ella es la persona que une a una familia tan grande” TANIA MEJÍA BERRú NIETA
Quisiera que viva otros cien años, porque paso feliz junto a mi mamá”
INÉS MARLENE BERRú HIJA
En noviembre de 1913, un año después de la muerte de Eloy Alfaro (1842-1912), vio sus primeras luces Lucila Vicenta Bermeo Berrú.
Fue un 15 de noviembre, nació en Cariamanga, cantón Calvas, y hoy domingo celebrará sus 105 años junto a muchos de los familiares.
Superado el siglo de vida tiene una amplia descendencia y aunque no todos podrán acompañarla, es motivo de orgullo para toda su familia saber que Doña Lucila está cumpliendo 105 años.
Casada con Lorenzo Artemio Berrú Cordero, procrearon 11 hijos y su descendencia abarca 56 nietos, 132 bisnietos, 63 tataranietos y 3 chuznietos. Considerando la extensión de la familia no se descarta que la familia la integren aún más personas.
Son en total cinco generaciones que todavía pueden disfrutar y ‘presumir’ de tener a Doña Lucila entre ellos.
“Quisiera que viva otros cien años, porque paso feliz junto a mi mamá”, comenta su hija Inés Marlene Berrú Bermeo, al tiempo de destacar que su madre se ha caracterizado por ser una persona solidaria y entregada a su hogar.
Celebración
Tania Mejía Berrú es nieta de Doña Lucila y vive junto a su ‘abuelita’ hace más de 20 años. Para ella, celebrarle los 105 años es un reconocimiento a la mujer que se ha convertido en el pilar de la familia, tanto por sus enseñanzas, experiencia, buen ejemplo y el amor que ha sabido prodigar.
Aunque su salud se ha deteriorado producto del paso de los años, aún hay actividades que hace sola como caminar tramos cortos y alimentarse con su propia mano. “No es una persona que da mucho trabajo”, expresa su nieta, quien tiene en su mente varias anécdotas y recuerdos de su abuela, como cuando a sus 28 años Doña Lucila se oponía a que salga de la casa con un grupo de amigas.
La fortaleza de esta mujer centenaria ha sido tal que hasta hace cinco años todavía se hacía cargo de su único hijo varón, quien por problemas de salud debe recibir cuidados permanentes. Era Doña Lucila quien hacía todo por su hijo, pero hasta la actualidad pasan tiempo juntos, con la ayuda de su familia en los cuidados.
Labor
Fiel a la fortaleza de la mujer calvense, Doña Lucila en su juventud fue una emprendedora y ayudaba económicamente en el hogar a través de la costura. Cosía su propia ropa, la de sus hijos y siempre se preocupó por el bienestar de su esposo, quien mientras estuvo junto a ella también le prodigo amor y cuidados. “Creo que por esos cuidados de mi abuelito todavía la tenemos viva a ella”, expresa la nieta.
Como costurera fue bastante conocida y se dedicó exclusivamente a coser ropa de mujer, llegando a ganarse la fidelidad de sus clientes, de todas las edades.
Apoyo
Inés Marlene Berrú Bermeo destaca lo fundamental que es el apoyo de su esposo, Segundo Mejía, y toda su familia para continuar con el cuidado de Doña Lucila.
Tania Mejía también resalta la unidad familiar que representa su abuelita y subraya que sus nietos no la olvidan y colaboran económicamente para gastos que suelen presentarse.
Doña Lucila, aunque es la única que aún está viva de un total de nueve hermanos, proviene de una herencia longeva, porque todos sus consanguíneos superaron al menos los 95 años.