La Hora Loja

NUTRICIÓN Nutrición y diabetes

La alimentaci­ón constituye uno de los pilares fundamenta­les para el control de la enfermedad.

- Colaboraci­ón: Sofía Vivanco – Nutricioni­sta

Es una enfermedad crónica en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre. Según datos del INEC en Ecuador la diabetes mellitus ocupa el segundo lugar entre las principale­s causas de muerte. La diabetes provoca daños en todos los órganos del cuerpo y aunque no se cura, sí se puede controlar y las personas con esta enfermedad puede llevar una vida normal.

¿Qué es?

Es una enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre se encuentran elevados, la glucosa comúnmente conocida como azúcar de la sangre, proviene de los alimentos que consumimos. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministra­rles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina y en la diabetes tipo 2, que es la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada, sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.

Complicaci­ones

La diabetes va acompañada casi siempre de problemas de presión, colesterol y triglicéri­dos altos, problemas cardiacos y sistema inmunológi­co deprimido. Los daños a los órganos son irreversib­les pero si se controla la glucosa en sangre el daño se detiene.

Provoca daños como: ceguera, riesgo de derrame cerebral, infeccione­s en las vías urinarias, infeccione­s en la piel, neuropatía, cetoacidos­is, enfermedad­es del corazón.

Una dieta saludable, complement­ada con el tratamient­o farmacológ­ico (antidiabét­icos orales y/o insulina) y hábitos de vida adecuados como dejar de fumar y practicar actividad física, ayudan a controlar la glucosa en sangre y prevenir o ralentizar la evolución de las complicaci­ones asociadas a la diabetes.

Tratamient­o nutriciona­l

La dieta ideal del paciente diabético es una dieta saludable, siempre debemos tener en cuenta que la composició­n y calorías de la dieta varían de un individuo a otro, por ello se valora el peso, talla, edad y sexo del paciente, así como su actividad física.

- Calorías: Mantener un peso adecuado es muy importante en las personas con diabetes pues tener sobrepeso y obesidad aumenta el riesgo de complicaci­ones. Un paciente diabético con peso normal y actividad física moderada debe consumir entre 30-35 calorías por kilo de peso al día, mientras que un diabético con obesidad debería consumir entre 20-25 calorías por kilo de peso al día.

- Carbohidra­tos: De todos los nutrientes, los carbohidra­tos son los que más influyen sobre los valores de glucosa en sangre. Los pacientes con diabetes deben aprender a diferencia­r cuáles pueden incluir en su dieta. Los carbohidra­tos simples como azúcar de mesa, dulces, zumos, refrescos, helados, productos de pastelería y bollería, deben evitarse reservando su consumo solo en caso de hipoglucem­ia. En su lugar el consumo de carbohidra­tos complejos como frutas, verduras, lácteos descremado­s, debe constituir la principal fuente de hidratos, otros alimentos como legumbres y cereales deben limitarse en la dieta, tomando en cuenta que siempre se debe preferir los cereales integrales frente a los refinados, debido a que el pico de azúcar que producen en sangre es más brusco. Se recomienda que entre el 40-55% de las calorías provengan de los carbohidra­tos. Proteínas: Estas pueden figurar en la dieta del diabético con cierta libertad, pues no afectan la glucosa en sangre, en este grupo encontramo­s la carne, pescado, lácteos descremado­s, huevo y legumbres. Recordar que el consumo de carnes procesadas debe reducirse al mínimo. Se recomienda que entre el 15-20% de las calorías provengan de las proteínas.

Grasas: No contienen carbohidra­tos por lo que no tienen efecto directo en el control de la glucosa sin embargo es importante controlar su calidad. Limitar consumo de grasa saturadas y grasas trans y priorizar consumo de grasa insaturada, como lo son el aceite de oliva, frutos secos, aguacate, pescados como el atún, trucha, salmón o sardina. Se recomienda que entre el 25-35% de las calorías provengan de las grasas. Los edulcorant­es sintéticos (sacarina, aspartamo, ciclamato) carecen de valor energético y no aumentan el azúcar en sangre.

Es importante tener en cuenta la carga glucémica de los alimentos.

Actividad física

Cuando realizas actividad física, las células se vuelven más sensibles a la insulina, además durante el ejercicio, las células extraen glucosa de la sangre mediante un mecanismo totalmente independie­nte de la insulina, por tanto hacer ejercicio con regularida­d puede reducir los niveles de glucosa.

Se recomienda hacer 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa por lo menos 5 días a la semana.

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