NUTRICIÓN Nutrición y diabetes
La alimentación constituye uno de los pilares fundamentales para el control de la enfermedad.
Es una enfermedad crónica en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre. Según datos del INEC en Ecuador la diabetes mellitus ocupa el segundo lugar entre las principales causas de muerte. La diabetes provoca daños en todos los órganos del cuerpo y aunque no se cura, sí se puede controlar y las personas con esta enfermedad puede llevar una vida normal.
¿Qué es?
Es una enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre se encuentran elevados, la glucosa comúnmente conocida como azúcar de la sangre, proviene de los alimentos que consumimos. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina y en la diabetes tipo 2, que es la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada, sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Complicaciones
La diabetes va acompañada casi siempre de problemas de presión, colesterol y triglicéridos altos, problemas cardiacos y sistema inmunológico deprimido. Los daños a los órganos son irreversibles pero si se controla la glucosa en sangre el daño se detiene.
Provoca daños como: ceguera, riesgo de derrame cerebral, infecciones en las vías urinarias, infecciones en la piel, neuropatía, cetoacidosis, enfermedades del corazón.
Una dieta saludable, complementada con el tratamiento farmacológico (antidiabéticos orales y/o insulina) y hábitos de vida adecuados como dejar de fumar y practicar actividad física, ayudan a controlar la glucosa en sangre y prevenir o ralentizar la evolución de las complicaciones asociadas a la diabetes.
Tratamiento nutricional
La dieta ideal del paciente diabético es una dieta saludable, siempre debemos tener en cuenta que la composición y calorías de la dieta varían de un individuo a otro, por ello se valora el peso, talla, edad y sexo del paciente, así como su actividad física.
- Calorías: Mantener un peso adecuado es muy importante en las personas con diabetes pues tener sobrepeso y obesidad aumenta el riesgo de complicaciones. Un paciente diabético con peso normal y actividad física moderada debe consumir entre 30-35 calorías por kilo de peso al día, mientras que un diabético con obesidad debería consumir entre 20-25 calorías por kilo de peso al día.
- Carbohidratos: De todos los nutrientes, los carbohidratos son los que más influyen sobre los valores de glucosa en sangre. Los pacientes con diabetes deben aprender a diferenciar cuáles pueden incluir en su dieta. Los carbohidratos simples como azúcar de mesa, dulces, zumos, refrescos, helados, productos de pastelería y bollería, deben evitarse reservando su consumo solo en caso de hipoglucemia. En su lugar el consumo de carbohidratos complejos como frutas, verduras, lácteos descremados, debe constituir la principal fuente de hidratos, otros alimentos como legumbres y cereales deben limitarse en la dieta, tomando en cuenta que siempre se debe preferir los cereales integrales frente a los refinados, debido a que el pico de azúcar que producen en sangre es más brusco. Se recomienda que entre el 40-55% de las calorías provengan de los carbohidratos. Proteínas: Estas pueden figurar en la dieta del diabético con cierta libertad, pues no afectan la glucosa en sangre, en este grupo encontramos la carne, pescado, lácteos descremados, huevo y legumbres. Recordar que el consumo de carnes procesadas debe reducirse al mínimo. Se recomienda que entre el 15-20% de las calorías provengan de las proteínas.
Grasas: No contienen carbohidratos por lo que no tienen efecto directo en el control de la glucosa sin embargo es importante controlar su calidad. Limitar consumo de grasa saturadas y grasas trans y priorizar consumo de grasa insaturada, como lo son el aceite de oliva, frutos secos, aguacate, pescados como el atún, trucha, salmón o sardina. Se recomienda que entre el 25-35% de las calorías provengan de las grasas. Los edulcorantes sintéticos (sacarina, aspartamo, ciclamato) carecen de valor energético y no aumentan el azúcar en sangre.
Es importante tener en cuenta la carga glucémica de los alimentos.
Actividad física
Cuando realizas actividad física, las células se vuelven más sensibles a la insulina, además durante el ejercicio, las células extraen glucosa de la sangre mediante un mecanismo totalmente independiente de la insulina, por tanto hacer ejercicio con regularidad puede reducir los niveles de glucosa.
Se recomienda hacer 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa por lo menos 5 días a la semana.