EL CIERRE DE E L N ACIONAL
El Nacional, un emblema del periodismo venezolano y latinoamericano, ha dejado de circular en papel después de 75 años, gracias a la crisis económica y a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Sus directivos han asumido este revés como una circunstancia transitoria y declarado que el periódico redoblará esfuerzos para impulsar su versión digital.
El Nacional ha tenido un tortuoso y accidentado pulso con el actual Gobierno. Sus sedes han sido atacadas por simpatizantes chavistas y ha sufrido atentados con explosivos. Todo en medio de una impunidad total.
Y el cerco tributario llegó a ser feroz: sus propietarios y directivos tienen varias demandas penales y muchos de sus periodistas han sido agredidos en la calle y perseguidos por las autoridades. Sus propietarios han sido ridiculizados y amenazados en cadenas presidenciales. Ante la persecución, su presidente, Henrique Otero, debió exiliarse en Madrid.
Como los dictadores temen a la verdad, Maduro asumió el monopolio de la concesión del papel para la prensa, convirtiéndola en un eficaz instrumento de censura. Es decir, lo dispensó a los medios alineados con su causa y lo negó a los rotativos críticos. A eso se sumaron la escasez de divisas y los problemas de la gestión económica actual.
En su último editorial, titulado ‘Un descanso en el camino’, el diario señala que aspira a que la situación sea transitoria y lanza una advertencia premonitoria: “A nosotros nos va a tocar titular el regreso a la democracia y para eso no queda mucho tiempo”. Que así sea.