Navidad en rojo, ¡la decoración de toda la vida!
El clásico rojo sigue siendo el color de la fecha y los dorados salpican los rincones llenándolos de luz.
Abogamos por la Navidad más tradicional, la que nos hace viajar en el tiempo para ‘caer’ en las navidades de nuestra infancia, esas en las que nuestras principales preocupaciones eran la cantidad de golosinas y el número de regalos que Papá Noel dejarían bajo el árbol. Y en esas navidades siempre había rojo, mucho rojo.
Por eso, ¿qué le parece si buscamos algo de inspiración, para decorar nuestras casas en rojo y recuperar así las navidades ‘de toda la vida’?
Toda decoración navideña tiene su claro protagonista, el árbol de Navidad. Y es que su montaje implica todo un ritual familiar, ambientado con villancicos de fondo, que se convierte en uno de los momentos más entrañables de estas fechas. Así, aunque hoy en día podemos encontrar diferentes combinaciones (plata y azul, todo en blanco, blanco y dorado, plata y rosa…) e, incluso, árboles de ramas blancas, la combinación de verde, rojo y blanco sigue siendo de nuestras favoritas.
Si tienes chimenea en casa, en Navidad debes darle especial protagonismo, ya que sus posibilidades decorativas se multiplican. Adornos en la repisa, calcetines colgando y una gran corona son los elementos más tradicionales de este tipo de espacios.
¿Vives en una casa de dos o más plantas? Entonces cuentas con una gran ventaja: la escalera. Decorarla es muy sencillo y el efecto captará todas las miradas.
Por lo general, a finales de noviembre suele ser el escogido para la mayoría de las familias para empezar a decorar, con el objetivo de alargar al máximo estas fechas tan llenas de ilusión. Sin embargo, es el 24 de diciembre cuando, de verdad, da comienzo la Navidad, momento en el que las familias se reúnen para celebrar la Nochebuena en torno a la mesa. Y, para que sea mucho más especial, podemos dedicar singular atención a su decoración, con detalles como la mantelería, la vajilla, un bonito centro de mesa, servilleteros.
Combinar es ganar
Sin duda, estas imágenes nos han convencido aún más de que el rojo y la tradición nunca deben faltar en estas fechas. Sin embargo, esto no implica que debamos a renunciar a otras tonalidades o que esté reñido con estilos más actuales. La clave, una vez más, está en saber combinarlas.
De este modo, el blanco es sin duda el compañero más fiel del rojo, quizás porque nos recuerda al entrañable personaje de Papá Noel, en una atmósfera invernal que resulta de lo más acogedora.
El verde es, detrás el rojo, el color que más se identifica con esa imagen de navidades tradicionales de la que hablábamos al principio.
Los tonos metalizados, tanto en plata como en dorado, aportan ese toque festivo que tanto se respira en estas fechas.