Guerra desigual
La pandemia del Covid-19 desnudó en nuestro país debilidades estructurales y acciones politiqueras que siempre las hemos conocido pero jamás pusieron en riesgo la vida de los ecuatorianos en momentos de crisis severas; sino que, significaban una realidad del status quo de cada gobierno, nos referimos a la palancocracia y a la falta de responsabilidad en el manejo de la cosa pública.
Maravillados, incrédulos, fascinados, etc., pueden ser algunos de los calificativos que el sector de la construcción calificaría a la acción del gobierno chino de construir hospitales de mil camas en un lapso de dos semanas; ahí existió voluntad política, disponibilidad de recursos (tecnológicos, financieros y humanos) y conocimiento de lo que se debe hacer.
De vuelta a nuestra realidad, una gran decepción: ni tenemos los recursos descritos, ni conocemos la problemática y no existe una hoja de ruta para atacar el problema. Estados Unidos llora, Europa llora, Rusia mira desde lejos y China gana una guerra mundial sin movilizar tropas, sin usar armamento y se da el lujo de ayudar a los heridos de los supuestos enemigos en la geopolítica mundial.
Tan mal estamos que ni siquiera podemos cuadrar la cifras, mientras el COE Nacional, único y exclusivo referente de toda la política en materia sanitaria, dice unas cifras, la gobernadora en su condición de Presidenta del COE Provincial da otras muy distintas, unas veces menos, otras más, alarmamos a un cantón, a una parroquia a un barrio, pero frente a la adversidad debemos continuar.
Al margen de lo referido hay que ser proactivos, pensar que sola la unidad y la disciplina de los lojanos podrá combatir a este virus que azota al mundo, pese a la carencia de recursos de toda índole y la deficiente organización y planificación que debemos mejorar; para que juntos lo logremos les deseo: …buen viento …y buena mar.