ESPERANZA Y LUZ
Para muchas familias, estas fiestas serán distintas. Se hará un esfuerzo por contener al Covid-19, reduciendo asistentes y adaptando tradiciones. Habrán puestos vacíos y solo el recuerdo de familiares y amigos que perdimos este año al virus, a las circunstancias, a la vida.
Quizá experimentaremos desazón luego de meses de encierro, altibajos emocionales, retos familiares y profesionales, luto y dificultades. Sin embargo, también será una oportunidad para agradecer bendiciones y la compañía de aquellos con los que compartiremos la mesa.
Que estas fiestas nos permitan reflexionar sobre cómo aplicar aspiraciones personales hacia proyectos de familia, de comunidad y de país. El Ecuador, poblado como está de personas creativas, motivadas y guerreras, enfrenta retos que nos impulsan a generar ideas y proyectos que trasciendan nuestro interés personal, que apoyen la prosperidad propia y ajena, que construyan en lugar de derribar, con honestidad en lugar de viveza, con solidaridad y empatía.
La pandemia nos arrebató mucho, pero lo que jamás se podrá arrancar del espíritu humano es nuestra capacidad de decidir con libertad cómo responder a los retos de la vida; cómo agradecer por estar aquí, por poder darnos la mano -o el codo- y recordar nuestra inagotable habilidad de ver la luz en los momentos más oscuros.
La Hora extiende, a su equipo de trabajo y sus familias, a sus lectores, clientes y amigos, un deseo de salud y paz; que la Luz ilumine siempre su camino.