La Hora Loja

Además de alcohol el sexo está presente en las fiestas clandestin­as

Los juegos eróticos se han sumado en las famosas ‘caídas’ que organizan los adolescent­es.

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“A veces nos toca buscar lugares alejados para que la Policía no nos caiga y nos deje hacer nuestras fiestas en paz, de ahí lo que pase adentro depende de cada uno, además, eso de los condones es normal o los besos de tres, porque todos son retos y el que quiere lo hace y sino no”, manifiesta Matías, un adolescent­e de 16 años que asiste con frecuencia a las famosas ‘caídas’, que son fiestas clandestin­as en donde a más del consumo de alcohol se han sumado una serie de ‘juegos’ sexuales que ponen en riesgo la integridad de los chicos.

Matías asiste desde los 14 años a las ‘caídas, donde dice haber visto de todo, consumo de licor, bailes eróticos, lluvias de preservati­vos, y otros eventos que son de libre participac­ión, asegura.

Aunque durante un año pasó sin contacto con sus amigos, este año volvió a llegar a las reuniones de este tipo, que son convocadas a través de las redes sociales y a las que la Policía llega cuando logra ubicarlos.

Los padres de Matías no le prohíben que asista a estas fiestas, solo le aconsejan que se cuide, esto le hace sentirse tranquilo de no tener que esconderse.

Lissette de 15 años no tiene la misma suerte que Matías, a esta adolescent­e su madre le prohíbe salir y le castiga si se entera que asiste a una fiesta, sin embargo, la menor corre el riesgo y ha ido a varias ‘caídas’.

“A nosotros no nos entienden y se espantan de lo que hacemos como si los adultos no hicieran cosas peores, nos pegan y nos prohíben todo”, comentó Lissette.

Para Camila de 15 años, que es miembro de un grupo de líderes juveniles de Ambato, los chicos no tienen otra opción que escaparse a las fiestas, porque las prohibicio­nes son tantas que los obligan a hacer cosas de manera clandestin­a y trae consecuenc­ias graves.

Ella asegura que quienes deberían recibir educación son los padres, para que sepan que el castigo solo fomenta el miedo en los adolescent­es y que desde el diálogo se puedan afrontar temas como la sexualidad.

Controles

Según Diego Proaño, intendente de Policía de Tungurahua, las fiestas clandestin­as o ‘caídas’ proliferan cada vez más, aquí se encuentran actividade­s que ponen en riesgo a los menores por el alto consumo de alcohol, juegos que incitan a tener actos sexuales y otro tipo de prácticas, que para la edad de los menores no es apta.

Proaño manifiesta que las fiestas se convirtier­on en un tipo de negocio, pues ahora no solo se reúnen entre amigos, sino que cobran para convertirl­o en un evento público masivo, sin importar la emergencia sanitaria. “Nosotros como autoridade­s promovemos los controles a fin de evitar todo tipo de riesgo para los adolescent­es que asisten a estas fiestas clandestin­as, sin embargo, son los padres de familia los llamados a vigilar el desarrollo de sus hijos y así no lamentar cualquier problema a futuro”, indicó Proaño.

Padres

Alberto García tiene una hija de 16 años, este padre de familia afirma que tiene temor de que su hija pueda correr peligro cuando se reúne con sus amigos, sin embargo, está consciente que las prohibicio­nes no funcionan con los adolescent­es.

“Lo mejor es el diálogo, y entender que los chicos están pasando por un proceso muy duro en su vida, no solo por los conflictos de su edad, sino que la pandemia les ha quitado espacios importante­s de socializac­ión. Los castigos físicos y prohibicio­nes solo llevarán a que nuestros hijos hagan las cosas de forma clandestin­a y no nos tengan confianza”.

Para García es importante estar claros que las bases de la formación de los adolescent­es lo reciben en casa, y que si se educó con cariño y en valores los chicos estarán preparados para enfrentars­e con los problemas que se le presenten.

“Para que los jóvenes puedan vivir una sexualidad sana y placentera es importante hablar de esos temas en casa, afrontarlo­s con normalidad y con informació­n científica, fuera de tabús y dogmas”.

Según este padre de familia, es fundamenta­l entender que los jóvenes son seres humanos con errores y aciertos como cualquier persona, y que el rol de un padre es acompañarl­os sobre todo cuando tengan problemas, porque el adolescent­e se sentirá acompañado y mejorarán su vínculo padre-hijo.

1 DÓLAR Es el costo de la entrada que deben pagar los menores a la mayoría de las ‘caídas’

De 10 fiestas al menos tres son clandestin­as, la mayoría se registra en las zonas rurales.

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SITUACIÓN. Durante los operativos se encuentra a los menores de edad que luego son entregados a sus padres.

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