El gerente y propietario del hospital ‘Bravo’ cuenta cómo logró superar los obstáculos y alcanzar el éxito.
En esta edición de ‘Impacto al emprendimiento 2018’ no solo se exponen perfiles de jóvenes que intentan salir adelante a través de grandes ideas, sino que también narramos aquellas historias de personas adultas que en la actualidad son referente de éxito profesional en el cantón, la provincia y el país entero.
Tal es el caso del gerente propietario del hospital del día ‘Bravo’, Clemente Bravo, quien explica que pese a que estudió en otras ciudades del Ecuador, una vez graduado, regresó a su natal Quevedo para ser parte de su progreso.
¿Cómo fueron sus inicios?
Me gradué de médico ginecólogo en la universidad Central, pero en 1990 hice un posgrado. Siempre quise regresar y hace 16 años junto a mi familia decidimos retomar un negocio que era de mi padre.
¿Cuáles fueron las fortalezas para lograr el éxito?
Una de ellas fue mi familia, aquello es fundamental, sin su apoyo no hubiese podido lograr el éxito. También juega un papel muy importante la honestidad, ya que ofrecemos calidad en nuestros servicios y de esa forma mantenemos contentos a los clientes.
¿La mayor dificultad que tuvo para emprender cuál fue?
Una de ellas fue el aspecto económico, pero siempre intentamos ahorrar para cumplir nuestro sueño. Cuando llegamos a Quevedo teníamos un pequeño local, pero puedo decir que paso a paso nos hemos superado.
¿Qué piensa del proyecto ‘Impacto al emprendimiento’?
Lo veo muy bien porque de esta forma ustedes hacen conocer a la gente que se esmera por ser parte de progreso de Quevedo. Queremos que mi hijo venga y ejerza su profesión acá.
¿Cuál sería su consejo para quienes desean emprender?
Que no tengan miedo, que la vida tiene obstáculos pero hay que luchar para superarlos.
Algo importante, siempre hay que hacer el bien sin mirar a quien.