Rugido de motos en el adiós de ‘Pichi’
El joven fue asesinado con un tiro en la cabeza por parte de un sujeto aún desconocido.
QUEVEDO • Los rugidos de más de una docena de motocicletas dieron la última despedida a Byron Edrulfo Cobeña Sáenz, de 33 años, la tarde de ayer.
Los amantes de las motos hicieron piruetas y quemas de llantas para que el humo cubriera la caja fúnebre durante el paso del cortejo.
La caminata y caravana motorizada inició en los bajos del Sindicato de Choferes y avanzó hacía la avenida June Guzmán de Cortez. Por breves minutos se detuvieron a la altura de la calle Décima Primera para que “recogiera los pasos de la casa en donde creció”, dijo conmovido uno de sus familiares.
Varios metros más adelante, coincidencialmente dos motociclistas chocaron frontalmente, dejando solo heridos, ante la mirada de los deudos.
La toma de fotografías y videos “para el recuerdo” marcó la jornada. Ninguno de los asistentes querían perderse la oportunidad de conservar la última fotografía con ‘ Pichi’ o ‘Loco Pichi’, como le decían de carño a la víctima.
Despedida
Carlos Romero describió a Cobeña como un joven, que en vida, vivía sin límites. Dijo que era amante de las motos y de la aventura. Que su relación de amistad con él era desde niño.
Entre lágrimas agregó que hace poco tiempo habían hablado por teléfono y le había contado algunos planes que tenía
para el futuro. No obstante, con la muerte de su abuelita tuvo que adelantar el viaje a Quevedo, desde Perú, donde residía.
“No sabemos qué pasó. Este hecho nos ha causado conmoción ya que ‘Pichi’ era un pelado quieto. No se metía con nadie y siempre tenía una sonrisa”, contó Romero.
Los padres del occiso acompañaron su cofre y aunque mantuvieron perfil bajo, en sus rostros se podía notar la tristeza por la que pasaban.
Previamente la madre del joven explicó que se llevaba a cabo su sepelio 24 horas después de su asesinato debido a que hace dos días, ella había sepultado a su madre y sentía que no podía más.