Un buen discurso
¿En cuántas ocasiones te han propuesto hacer un brindis, dar una charla o participar de algún evento, con un tema del que conoces y no has aceptado, por el hecho de no saber cómo preparar un discurso?
Vale la pena mencionar que pararse en frente de un grupo de personas a trasmitir nuestras ideas, no es fácil, sin embargo, más allá del hablar bien en público, un factor elemental es la preparación del discurso.
Primero, hay que tener en cuenta que nada que no se prepare con anticipación, va a salir como se espera, por lo tanto, es indispensable que tu disertación, mínimamente esté lista con dos semanas de anticipación.
Segundo, debes estar íntegramente empapado y conocer en detalle, el tema que vas a exponer, en caso de tratarse de un brindis, es elemental saber el contexto del evento y conocer acerca de las personas a quien vas a homenajear.
Tercero, debes elegir una introducción que conquiste al espectador, ya que ésta determinará la atención de la audiencia, y es aquí donde se gana o se pierde al público. Para un buen inicio, se puede utilizar una pregunta, una estadística, una frase, una anécdota o una pequeña historia.
Cuarto, el desarrollo de tu tema, debe ser muy bien focalizado en el entorno y en el auditorio, debes saber quiénes forman parte de tus espectadores, para elegir las palabras, las expresiones corporales y hasta la vestimenta.
Y, por último, pero no la menos importante, la conclusión, pues es en este momento donde tendrás la oportunidad de motivar, incitar a la reflexión y conquistar. Si tu conclusión no es determinante y ganadora, posiblemente todo el discurso se vea afectado.
“El éxito no es un accidente, es trabajo duro, perseverancia, aprendizaje, estudio, sacrificio y sobre todo amor por lo que estás haciendo o aprendiendo a hacer” – Pelé
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