BOLIVIA HACIA LA GUERRA CIVIL

Dos semanas después del inicio de protestas contra la reelección del presidente Evo Morales, Bolivia se encamina hacia una polarización violenta de su sociedad, a menos que se abra un diálogo cuanto antes entre los bandos enfrentados.

La situación está entrampada en dos posiciones radicales tras el polémico escrutinio que le dio el triunfo en primera vuelta a Morales. Y el mandatario ha hecho oídos sordos a los reclamos opositores que lo acusan de buscar ganar tiempo para perpetuarse en el poder tras aceptar una cuestionada auditoría de la OEA.

En cualquier caso, “un cambio de Gobierno en Bolivia no será fácil, ya que Morales sigue siendo muy popular después de 13 años de algunas de las políticas económicas más exitosas del hemisferio”, advierte el Center for Economic and Policy Research, con sede en Washington.

Tampoco se puede ocultar que durante el actual Gobierno, el ingreso per cápita ha crecido al doble que la tasa de América Latina; la pobreza se ha reducido en 42% y la pobreza extrema en 60%. Por eso mismo, las demandas de la población boliviana no son de origen económico.

Muchas de las comunidades que apoyan a Morales dicen que su vida ha mejorado mucho, y por eso las protestas no se centran en acabar la miseria, como en otras partes, sino en el peligro de la concentración de poder. De ahí que la oposición pida que no haya otro mandato del presidente. Que no se eternice, como acostumbran los socialistas. Ojalá que los hermanos bolivianos no sigan caminando hacia una inútil guerra civil.