La requiere de un ritual para su construcción
Madera de chonta o pambil y la influencia de la luna son esenciales en la elaboración. Instrumentos indispensables
La marimba es un xilófono formado por una serie de láminas de madera de chonta o pambil y resonadores (tubos construidos con caña guadua). Para percutir se utilizan dos palos de madera con una bola de caucho crudo en la punta. Esa es la descripción que realiza Pablo Minda Batallas, antropólogo y activista afro, en su libro ‘La marimba como Patrimonio Cultural Inmaterial’.
Batallas explica que para garantizar la calidad de las teclas se utiliza las tablas obtenidas de las palmas que, por su madurez, han caído. Luego son enterradas en el fondo de un río o de un estero, durante 15 días, para ‘curarlas’ de la humedad. Se las seca sobre una cocina de leña hasta que “solitas empiezan a traquear (sonar), lo que significa que están listas para construir teclas, las de tono más grave son de 48 cm y las agudas de 22 cm las más aguda”.
Las teclas deben ser cortadas en una noche oscura, silenciosa y de una tranquilidad espiritual, con un machete muy filo. Pablo Minda Batallas, que es citado en el libro de Valencia, manifiesta que depende de cada maestro la modalidad o técnica de afinación, de acuerdo con su estilo y sus creencias.
La orquesta marimbera está integrada por dos cununos (hembra y macho), que tienen un sonido débil y son percutidos con las manos; por dos bombos (hembra y macho), que genera el máximo estallido y son golpeados con un palo o mazo; y se suman varios instrumentos indiófonos, como los guasás y las maracas que, de preferencia, acompañan en los cantos tradicionales como los arrullos y chigualos.
La influencia
Las teclas afinadas quedan en compás de espera mientras se construyen los resonadores, con los que se logrará alcanzar la intensidad sonora deseada.
Los resonadores o canutos se fabrican de caña guadua, que puede ser ‘macho’ para las notas agudas, debido a sus paredes gruesas; o hembra para obtener las notas graves, debido a que tiene paredes delgadas. Dependerá del estilo del constructor.
En la historia
La marimba tradicional era construida completamente con elementos silvestres, tanto animales, como vegetales.
Según la versión de Lindberg
Valencia, músico y promotor cultural afroecuatoriano, recogida en el libro de ‘Minda Batallas’, con el paso de los años, los constructores de la marimba han introducido adaptaciones.
Para la cama ya no usan damagua, sino esponja; la piquigua con la que se hacían los pasadores, que sostienen los resonadores, fue reemplazada por alambre; los sostenedores de los cabezales, que eran de la misma madera, han sido cambiados por clavos metálicos; los resonadores de caña guadua, en algunos caos, son suplantados por tubos plásticos.
Estos cambios restan vibración y sonoridad a la marimba.