‘Gabigol’, el héroe del Flamengo
En una reacción sorprendente, el elenco carioca se proclamó campeón de la Copa Libertadores, en apenas 3 minutos.
LIMA, EFE • ‘Gabigol’, el delantero que tuvo que volver a Brasil tras no triunfar en el Inter de Milán, entró ayer en la historia del Flamengo al darle al club carioca su segunda Copa Libertadores a la heroica, de remontada y con dos tantos en tres minutos (89 y 92) para vencer por 2-1 al River Plate.
En ese olimpo del Flamengo donde Zico era el gran ídolo por ser el artífice de la primera Copa Libertadores en 1981, ahora ‘Gabigol’, a sus 23 años, se consagró a nivel internacional como el gran delantero que siempre había apuntado desde su juventud.
La insignia del Flamengo terminó como el máximo goleador del torneo con nueve tantos y encumbrado a los altares del club más popular de Brasil.
Fue por ‘Gabigol’ que el desenlace de la primera final a partido único de la historia de la Libertadores tuvo un guión muy similar a la final de la Liga de Campeones de 1999, cuando el Manchester United logró dos goles en los minutos finales frente al Bayern Múnich para vencer también por 2-1.
Reacción
El gol del empate llegó cuando Flamengo parecía destinado a la derrota, casi a merced de un rival que parecía especular con el momento que anotaría el segundo gol.
Tuvo que ver mucho la fe en la manera en que el uruguayo Giorgian De Arrascaeta recogió un balón perdido en el centro de la cancha y corrió hacia delante con más corazón que cabeza para abrirle el balón a la banda izquierda.
Esa misma fe hizo que Bruno Henrique tomase el pase, avanzase pero dudase si disparar al arco o pasar la pelota al segundo palo. Se decantó por la segunda opción y allí, también con mucha fe, ‘Gabigol’ estiró la pierna para empujar el balón en la red y hacer estallar a una afición que nunca había dejado de animar a su equipo.
No pudo ser otra sino la fe con la que el mismo ‘Gabigol’, pocos minutos después, cuando el partido parecía predestinado para una prórroga de infarto, luchó una pelota al borde del área, se la quedó y lanzó un disparo para un gol que quedará en la historia del Mengão.
Así, casi en un abrir y cerrar de ojos, el Flamengo destronó al vigente campeón, un equipo argentino que parecía invencible en las grandes finales.